Hermes
Me dedico a observar a Adia, la cual se encuentra mirando el mar a través de la ventana de nuestra habitación. Lleva un vestido color crema que resalta su dorada piel y que, aunque es bastante ancho, no disimula su abultado vientre, pues mi esposa ya tiene casi ocho meses de embarazo.
Han cambiado tantas cosas desde el día que nos casamos... Ahora ya ambos nos llevamos bien, bastante bien. De hecho, mentiría si dijera que no me preocupo por el bienestar de la castaña. Ella y mi hijo son mi prioridad ahora, sobre todo después de todo lo que ha pasado en estos últimos meses.
Me acerco hasta ella y la abrazo por la espalda. Siento como su piel se eriza ante mi tacto. Ella gira la cabeza y me dedica una cálida sonrisa mientras me mira directamente a los ojos.
- ¿Te encuentras bien Hermes?- pregunta.
- Sí, estoy bien.- respondo.- Solo un poco cansado.-
- Trabajas demasiado.- murmura acariciando mi rostro.- Necesitas descansar.-
- Sabes que no puedo hacerlo.- respondo.- Desde que Ares y mi padre nos dejaron Apolo y yo tenemos que mantener la mafia a flote.-.suspiro profundamente.- Y todo se ha vuelto más complicado ahora que el resto de mafias quieren atacarnos...-
- Todo saldrá bien Hermes.- dice con una pequeña sonrisa.- Eres un Olímpico, un dios...-
- No soy ningún dios.- interrumpo.- Los dioses no mueren, y ya dos miembros de la familia lo han hecho.-
Adia no sabe qué contestar porque, en el fondo, sabe que tengo razón. Los Olímpicos estamos acabados, es cuestión de tiempo... Vólkov está decidido a cumplir su promesa. Nos va a eliminar a todos, de uno en uno. Pero pelearé hasta el final con tal de salvar a mi mujer y a mi hijo.
Tras unos instantes contemplando el atardecer, me doy cuenta de que la castaña no está observando el mar, sino el jardín. Cuando dirijo mi vista hacia el mismo lugar, me doy cuenta de que Apolo se encuentra allí, en el mirador.
- Deberías hablar con él.- indica la ojiverde.- Atenea está muy preocupada, tu hermano ha tenido un comportamiento muy raro en los últimos días.- añade.- Está ausente... no quiere ver a nadie.-
-La muerte de Ares le causó un gran dolor.- respondo.- Pero la muerte de nuestro padre ha acabado definitivamente con él.-
- Te necesita Hermes...-
- Lo sé, pero prometí a Atenea que esta noche me quedaría a cuidar de madre.-
- Yo cuidaré a tu madre.-
- ¿Estás segura?- pregunto.- Necesitas descansar Adia...-
- Estoy bien.- asegura.- Además, soy la única que consigue sacarle una sonrisa a Hera.-
- En eso tienes razón.-
- Entonces no perdamos más el tiempo.- replica.- Tú ve con tu hermano, que yo iré a relevar a Atenea.-
- Okay...- le doy un beso en la mejilla.- Nos vemos luego.-
Salgo de la habitación y me dirijo a los jardines. Por el camino no puedo dejar de pensar en mi madre. Desde que recibimos la noticia de la muerte de mi padre junto con todos nuestros hombres en el ataque a Rusia, mi madre no ha salido de su habitación. Se la pasa allí encerrada, más muerta que viva y nos rompe el alma verla así.
Cuando por fin llego hasta el mirador donde se encuentra mi hermano, me acerco hasta quedar a su lado, pero no digo nada, nos quedamos en silencio durante unos minutos, mirando el horizonte.
- ¿Te ha enviado Atenea?- pregunta.
- No, simplemente estamos preocupados por ti Apolo.- aclaro.- Llevas unas semanas muy raro, ausente... Y solo quiero asegurarme de que estás bien.-
- No, no lo estoy.- suelta.- Nada está bien hermano.- añade.- Hasta hace unos meses nos creíamos unos dioses invencibles... Y míranos ahora... Luchando por sobrevivir un día más.-
- Saldremos de esta.- contesto.- Siempre lo hacemos.-
- Todo ha cambiado Hermes...- murmura.- Todo nuestro poder ha desparecido... Ares y padre están muertos, nuestros aliados nos han dado la espalda y...-
- Aún tenemos a los Inmortales.- interrumpo.
- ¡¿Los Inmortales?!- exclama.- Desde la muerte de Horus los Inmortales están acabados.- indica.- Malek apenas puede contener a sus enemigos más allá de sus fronteras, Aisa está enferma y Emma cuidado del bebé.- suspira.- Nadie puede ayudarnos hermano.-
Nos quedamos en silencio. Sí, es cierto, para qué vamos a mentir. Estamos destruidos. Literalmente tenemos que dar gracias a que estamos sobreviviendo porque, siendo sinceros, ni Apolo ni yo tenemos idea de cómo dirigir una mafia, nunca nos interesó eso.
-Yo solo sé una cosa.- suelto.- No voy a permitir que le hagan daño a mi familia.-
- Yo tampoco.- responde el rubio con una pequeña sonrisa.- Por eso he tenido que tomar una decisión de vital importancia...-
- ¿Qué has decidido?-
- Concentrar todo nuestro poder en nuestras fronteras.- responde.- Convertir nuestro territorio en una fortaleza indestructible.-
- ¿Con eso quieres decir que...?-
- Se acabó enviar soldados a Rusia.-
- ¿Y qué pasa con Isabella?-
- Ella no está viva hermano y no voy a seguir mandando hombres a morir allí, no ahora que nos hacen tanta falta.-
- Pero...-
- Esta ya no es nuestra lucha Hermes, por lo menos no ahora que nos hemos vuelto débiles.- añade.- Dejemos que Malek se encargue de su hermana.-
- Pero pueden pasar meses de aquí a que Malek adquiera suficiente poder para planear un ataque él solo...- me quejo.
- Entonces, si Isabella sigue con vida.... Esperemos que los dioses la ayuden. -
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FELIZ AÑO !!!!!
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Os amo ❤️
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Entre dioses
ActionIsabella Al-Asad cumple los 20 años sabiendo que su vida cambiará por completo, pues sus padres acordaron que a esa edad se casaría con el primogénito de los Olímpicos, Ares Sideris. Todo se pondrá patas arriba cuando la inocente chica tenga que co...