Capítulo 17

660 59 21
                                    

Isabella

A la mañana siguiente me levanto al sentir como alguien mueve mi brazo. Cuando abro los ojos veo al pelinegro observándome muy de cerca.

- ¡Joder, que susto!- exclamo.

- Esa boquita mocosa.-

Ladeo los ojos. Ya está otra vez tratándome como si fuera una niña.

- ¿Qué haces aquí Ares?- miro el reloj.- ¿Y por qué me despiertas tan temprano?-

- Las diez de la mañana no es levantarse temprano Isabella.-

- Sí, cuando anoche nos acostamos tarde.- replico.

- Como sea...- bufa.- Levántate y vístete que nos vamos a entrenar.-

- ¿A entrenar?-

- Solo llevas aquí dos semanas y ya te han intentado violar dos veces.- responde.- Esta vez yo he podido protegerte pero no siempre tendrás la suerte de que alguien lo haga, por eso tienes que saber defenderte.- indica.- Y yo te voy a enseñar.-

- ¿Estás hablando en serio?-

- No, solo me apetecía venir a hacerte una broma.- contesta con sarcasmo.- ¡Levántate!-

- ¡No es necesario que grites!- me quejo.- Dame veinte minutos para que me arregle.-

- Cinco, que vamos a entrenar no a una pasarela.-

«Idiota...»

Me meto en el baño, me lavo la cara, me cepillo los dientes y me pongo un conjunto deportivo. Aplico un poco de corrector en mis ojeras para no tener cara de muerto y salgo. El dios de la guerra me está esperando sentado en un sillón.

No me había dado cuenta de lo bien que se ve en sus pantalones deportivos y su camiseta, la cual se pega a su cuerpo, marcando sus perfectos abdominales.

- Ya estoy lista.- sonrío.

- Dos minutos tarde.- refunfuña.

- Deja de quejarte Ares.-

Ladea los ojos y agarra mi mano. Juntos avanzamos por la casa hasta llegar a los jardines. Detrás d eunos árboles, en una zona más apartada del resto, hay una gran colchoneta en el suelo.

Ares me suelta y me indica que me suba en la colchoneta. Lo hago y él se coloca en el otro lado, quedando frente a mí.

- Bien, empezaremos por unos ejercicios simples y, cuando los domines, te enseñaré técnicas más complicadas, que incluso podrán matar a tu adversario.-

Los pelos se me ponen de punta.

- No quiero matar a nadie Ares...- murmuro.

- ¿Ni siquiera a alguien que intente violarte?-

- Yo... no creo que fuera capaz.-

- Éscuchame bien Isabella.- dice serio acercándose a mí.- Los humanos nos creemos mucho pero seguimos siendo animales.- indica.- Por mucho que queramos camuflarlo seguimos las mismas leyes que ellos, y solo los más fuertes sobreviven.- sus negros ojos se clavan en los míos.- Quiero que a partir de ahora tú estés en el grupo de los más fuertes, ¿de acuerdo?-

Asiento hipnotizada por sus palabras.

- Bien, en ese caso comencemos.- añade.- Para empezar te enseñaré las posiciones claves y los movimientos esenciales de defensa.- explica.- Primero lo haré yo y después tú me imitas.-

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora