Capítulo 50

446 37 8
                                    

Khalid

El silencio reina en los jardines, mientras todos nos observamos unos a otros detenidamente. Sonrío al ver las caras de preocupación y pánico de los Inmortales, al ver que sus apreciados lobos tiemblan frente a mis queridos tigres.

- Estaba deseando conoceros primos.- digo a Isabella y Malek.- Pero mucho más a tí tio Horus.- me burlo.

- Borra esa estúpida sonrisa de tu cara.- espeta el pelirrojo.- Esos tigres no te van a servir de nada.- asegura.- No saldrás vivo de esta casa Khalid, mis hombres te matarán.-

- Puede...- respondo encogiéndome de hombros.- Pero antes de morir tendré tiempo de acabar con algunos de vosotros.- sonrío.- ¿A quién deseas ver morir primero tío?- pregunto al pelinegro.- ¿A tu querida esposa o tal vez a tus hijos?-

- ¡No te atrevas a amenazarnos!- grita Malek.

- ¡Basta!- interrumpe Horus avanzando y quedando por delante de su familia.- ¿A qué has venido Khalid?- pregunta.- Te has tomado muchas molestias para llegar aquí y supongo que has estado planeando esto con el tiempo suficiente como para no dejarte atrapar tan fácilmente así que dime, ¿qué quieres?-

- Inteligente...- murmuro.- Te queda mucho por aprender de tu padre.- digo mirando al pelirrojo.

- ¡Ya dinos que es lo que quieres!- exclama Aisa.- ¿Vienes a vengarte de nosotros por la muerte de tus padres?-

- No.- contesto dejando a todos sorprendidos.- Debo confesar que al principio ese fue mi objetivo.- añado.- Pero con el paso de los años mis planes han cambiado.- aclaro.- La muerte de mis padres fue el inicio de mi camino al infierno, sin embargo, tras informarme detenidamente sobre ellos y la relación que mantuvieron con los Inmortales, entendí que ellos fueron los propios causantes de sus muertes.-

- ¿No nos culpas a nosotros?- pregunta la pelirroja.

- Mi padre quería el trono, pero jugó mal sus cartas para conseguirlo.- respondo.- Mató a varios de los vuestros y vosotros le matásteis a él, son cosas de mafias.-

- Si no quieres vengarte, ¿qué es lo que quieres?- inquiere Isabella.

- Es sencillo.- contesto.- Quiero el trono.-

- Tú no tienes ningún derecho sobre los Inmortales.- declara Malek.

- Lo sé, pero es lo mínimo que me merezco después de que me destruyérais la vida.-

- ¿De qué hablas?-

- No os culpo de la muerte de mis padres, pero sí del infierno que supuso para mí que ellos murieran...- aclaro.- Os culpo del infierno que me hicieron pasar los rusos.-

- ¡No es justo que nos culpes por eso!- se queja la castaña.

- ¡¿Justo?!- interrumpo.- ¡Yo os diré lo que no es justo!- exclamo con enfado.- ¡Pasarte toda tu infancia intentando sobrevivir cada segundo del día!- todos se quedan callados.- Viví una auténtica pesadilla con los Vólkov, sin embargo, eso me hizo más fuerte.- indico.- Aprendí la lección más valiosa de todas...- levanto mi camiseta dejando mi enorme cicatriz al descubierto.- Nunca confíes en nadie, mucho menos en aquellos que dicen ser tu familia.-

El silencio vuelve a reinar durante unos intantes. Bajo mi camiseta y avanzo hasta quedar cerca de Horus. La tensión se puede cortar con un cuchillo.

Analizando la situación, las posibilidades de que muera aquí son altas, eso lo supe desde el principio, pero cuando llevas tanto tiempo enfrentando a la muerte, esta deja de darte miedo.

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora