Capítulo 1

904 55 4
                                    

Isabella

Termino de vestirme y de peinar mi cabello. Me miro al espejo y sonrío ante el resultado. Hoy es uno de esos días en los que me encuentro más guapa de lo normal y, bueno, no es por presumir, pero me considero bastante bonita. ¿Cómo no iba a serlo teniendo los padres que tengo?

Mi cabello castaño oscuro, con algunos destellos rojizos, contrasta perfectamente con mi pálida piel y mis ojos grisáceos. Sé que el color es parecido al de mi madre, pero los míos son algo más azules. Mamá dice que le recuerdan a los de la abuela Lily.

Mientras me perfumo escucho algunas risas que provienen del jardín. Me asomo a la ventana y veo a mi hermano Malek, aunque desde hace unos años fue consagrado como Anubis, dios de la muerte y del inframundo. Físicamente somos muy diferentes, pues él tiene el cabello pelirrojo, como mamá y los ojos avellanas, como papá, pero aún así nos llevamos de maravilla.

Está jugando con los tres lobos que papá le regaló cuando cumplió los 18. También se encuentra allí Emma, su esposa. Se casaron hace un año. Sorprendentemente ella no es hija de ningún mafioso ni nada por el estilo, era una simple chica que mi hermano conoció en un viaje de negocios con papá. Ella trabajaba de camarera en un restaurante y allí se conocieron y... bueno... fue amor a primera vista.

Tanto mis padres como yo la adoramos, es una chica hermosa y muy dulce. Ama a mi hermano con locura y para mí eso es más que suficiente.

Observo que le da un beso en la mejilla a Malek y después se marcha. Mi hermano levanta la cabeza y me saluda con una sonrisa. Yo se la devuelvo y le digo adiós con la mano.

Sin esperar más, salgo de mi habitación y comienzo a andar por el pasillo.

- ¡Con que ahí estabas pedazo de zorra!-

Me sobresalto asustada y me doy cuenta de que, detrás mía, está Adia, la hija de mis padrinos y mi mejor amiga.

- Me has asustado...- me quejo.

- ¡Debería haberte matado!- bufa.- ¡Solo a tí se te ocurre llegar tarde!-

- ¿Llegar tarde a dónde?-

-¡¿Cómo que a dónde?!- exclama.- ¡Osea hello, tierra llamando a Bella, es la prueba de tu vestido!-

- ¡La fiesta!- grito emocionada.- ¡Dios mierda no puedo creer que se me haya olvidado!-

- Eres un putito caso perdido.- replica mi amiga.

- Y tú eres una perra ordinaria.- me burlo.

- ¿Esas son tus últimas palabras?-

- Sí.-

- Tienes tres segundos de ventaja.-

Sin pensarlo dos veces comienzo a correr mientras que Adia me sigue riéndose.

Ambas nos llevamos muy bien. Ella nació dos meses después que yo, por lo que prácticamente somos como hermanas, estamos juntas desde siempre y somos tan buenas amigas como lo son nuestras madres.

A decir verdad, ella es idéntica a Rachel, tiene el cabello castaño claro con mechas rubias y los ojos verdes.

Logro llegar al recibidor antes de que me atrape y allí veo a mi madre con los brazos cruzados.

«Está enfadada...»

- Las 11 de la mañana.- refunfuña.- Te parece bien tener a la modista esperando media hora Isis?-

Isis es mi nombre de diosa, la diosa de la magia y de la fertilidad. Mi madre solo me llama así cuando está molesta conmigo.

- Lo siento Hathor.- reto, pues sé que odia que la llame así.

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora