Isabella
Han pasado algunas semanas desde que desperté. En todo este tiempo, no ha habido ninguna noticia sobre mi familia o los Olímpicos por lo que, definitivamente, estoy sola. Solo tengo a Erika, a demostrado ser una buena amiga y la única persona en la que puedo confiar aquí.
Hemos intentado poner en práctica varios planes para escapar, pero ninguno a dado resultado. Realmente esta mansión es una fortaleza perdida en medio de un desierto de nieve y, a decir verdad, tampoco ayuda el estar embarazada de más de seis meses.
Mentiría si dijera que, al principio, no me costó asimilar que llevo en mi vientre al hijo de ese cabrón de Vólkov pero, al fin y al cabo, también es mi hijo, una parte de mí. Lo que tengo claro es que no pienso permitir que ese hijo de puta le haga daño, por eso tengo que escapar de aquí y cuanto antes. Una vez que esté a salvo podré planear mi venganza contra los rusos.
- ¡Ahhh, joder!- grita Víktor mientras se corre dentro de mí.
No he tirado la toalla. Sigo odiando a este desgraciado, pero su poder es demasiado grande aquí. Cuado desperté intenté provocarlo, desafiarle... Pero malnacido me tiene amenazada con matar a Erika y volver a sedarme, algo que no me puedo permitir.
Es por ello que dejo que haga con mi cuerpo lo que quiera. Normalmente me viola una o dos veces al día, algo que me pienso cobrar muy caro cuando acabe con él y con todos sus hombres.
El ruso se levanta y se empieza a vestir mientras que yo me tapo con las sábanas.
- Hoy tengo que viajar a Moscú por unos asuntos.- informa.- Volveré mañana por la mañana.-
- ¿Podré salir de la habitación o me tendrás todo el día encerrada?-
Veo como sonríe maliciosamente mientras me agarra del mentón.
- Estos últimos días te has estado portando bien perra egipcia.- se burla.- Así que podrás salir al jardín si lo deseas, pero ya te advierto que estarás vigilada las venticuatro horas del día.- añade.- Y pobre de tí como se te ocurra hacer alguna estupidez.-
- No haré nada.- respondo.- Si hubiera alguna forma de salir de aquí ya me habría marchado.-
- Me alegra que entiendas que estarás aquí hasta que a mí me salga de los cojones.- suelta.- Y ahora date una ducha.- ordena.- Apestas a zorra.-
Sin más se marcha de la habitación y no puedo evitar tirar el jarrón de mi mesilla contra la puerta, el cual se rompe en mil pedazos.
- Pienso matarte maldito cabrón...- murmuro.
Me levanto de la cama con algo de dificultad, pues Víktor siempre me deja el cuerpo destrozado cuando abusa de mí. No le importa en absoluto que esté embarazada, él solo piensa en su propio placer.
Me dirijo hasta el baño y enciendo la regadera. Necesito quitarme el olor de ese cabrón, me causa naúseas. Tras unos minutos, salgo de la ducha, me seco el cuerpo y me visto. Cuando abro la puerta del baño, me encuentro a Erika cambiando las sábanas.
- Lo siento mucho señorita.-
- No ha sido tu culpa.-
- Debería haber hecho algo...-
- Nadie puede hacer nada contra Víktor en esta casa Erika, pero afortunadamente ahora que se ha marchado tenemos algo de tiempo para pensar.-
- Si le parece bien, nos podemos reunir en el jardín en unos 30 minutos, cuando acabe con mis obligaciones.-
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Entre dioses
AcciónIsabella Al-Asad cumple los 20 años sabiendo que su vida cambiará por completo, pues sus padres acordaron que a esa edad se casaría con el primogénito de los Olímpicos, Ares Sideris. Todo se pondrá patas arriba cuando la inocente chica tenga que co...