Isabella
De pronto, escucho un ruido y siento como la luz ilumina toda la habitación.
«Oh por los dioses... me va a estallar la cabeza...»
Abro los ojos y observo a una criada abriendo las cortinas y colocando algunas flores en un jarrón que hay sobre el tocador.
- Buenos días señorita Al-Asad.- sonríe.- Su madre me pidió que viniera a despertarla, ya que en una hora saldrán a Atenas para ir de compras.-
«Me quiero morir...»
- Sí... enseguida bajo...- murmuro.
Miro en la mesita de noche que tengo a la derecha y veo una pastilla con un vaso de zumo de naranja.
- Gracias por el zumo.- susurro.
- Oh, no se lo he traído yo señorita.- responde desde la puerta.- El joven Ares lo hizo.-
Sin más se marcha de la habitación. De repente algunos recuerdos distorsionados de la noche anterior vuelven a mi cabeza.
«Mierda... por favor que no sea real esto... por favor que no la haya cagado tanto...»
Voy a tomarme la pastilla, cuando veo una pequeña tarjeta de color blanco justo al lado. La tomo y leo la pequeña nota.
Con esto se te pasará el dolor de cabeza. La próxima vez recuerda que las niñas buenas no toman chupitos.
Ares Sideris.
Noto como mis mejillas se ruborizan por completo. Madre mía, entonces todos esos recuerdos son ciertos... Creo que no voy a poder volver a mirar al pelinegro a la cara en mucho tiempo.
Una vez que la pastilla comienza a hacer efecto, me doy una ducha y me visto con ropa cómoda. Algo me dice que hoy andaré demasiado por la ciudad, sobre todo yendo con mi madre, Hera, Atenea y Adia.
Cuando ya estoy lista bajo a desayunar y veo a todas menos a mi mejor amiga. Solo están ellas, no hay rastro de ninguno de los hermanos y tampoco de mi padre o Zeus.
- Hola tesoro, ¿qué tal te lo pasaste ayer?- pregunta mi madre.
«A ver que le contesto yo ahora...»
- Ares nos ha contado que pasásteis una velada estupenda en el balcón y que hablásteis de muchas cosas.- sonríe Hera.
«Okey... le devo la vida al dios de la guerra»
- Sí... es cierto.- contesto.- ¿Por cierto y Adia?- digo intentado cambiar de tema.
- Se encuentra algo mal, al parecer ayer se pasó con las copas.- ríe mi madre.- Me temo que es mejor que no nos acompañe cariño.-
- Bueno... la veré esta tarde, a ver si ya se encuentra mejor.-
- Seguro que sí.-
- Antes de irnos quería enseñarte algo Bella.- murmura Atenea con vergüenza.- He estado trabajando en esto durante mucho tiempo y espero que te haga la misma ilusión que a mí.- dice sacando su Ipad.- Yo... he diseñado tu vestido de novia.-
Abro los ojos con sorpresa y ella me da la tablet para que vea el diseño.
- ¡Oh por los dioses es precioso!- exclamo entusiasmada.
El vestido es impresionante. Tiene el escote enforma de corazón, adornado con encajes transparentes que llegan hasta las manos. La parte de abajo tiene un poco de vuelo y también está decorada con algunos encajes. Parece el vestido de una princesa.
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Entre dioses
ActionIsabella Al-Asad cumple los 20 años sabiendo que su vida cambiará por completo, pues sus padres acordaron que a esa edad se casaría con el primogénito de los Olímpicos, Ares Sideris. Todo se pondrá patas arriba cuando la inocente chica tenga que co...