Capítulo 12

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Al día siguiente me levanté entusiasmada. Tenía muchas ganas de ver a mis padres al fin. La noche anterior había hablado con ellos y me habían dicho que Malek y Emma no podrían llegar hasta el día de la boda, pero el simple hecho de tenerlos a ellos dos conmigo me era más que suficiente.

Estoy terminando de arreglarme cuando escucho como golpean mi puerta delicadamente.

- Señorita Al-Asad, sus padres están en el recibidor.-

Voy corriendo hacia la puerta y la abro encontrándome con una de las doncellas.

- ¿Ya han llegado?-

- Sí, así es señorita.-

- ¡No puedo creerlo!-

Voy a toda velocidad al recibidor y allí me encuentro a toda la familia y a mis padres. De pronto, es como si todos los presentes en la sala dejaran de existir, pues voy corriendo hacia mis padres y les abrazo como si hubieran pasado ocho años sin verles.

- ¡Hola tesoro!- exclama mamá.- Te hemos echado tanto de menos cielo mío.-

- Yo te he echado más de menos.- indica mi padre.- Ahora tengo que aguantar a la loca de tu madre todo el día.-

- ¡¿Pero cómo dices eso delante de los demás idiota?!-

No puedo evitar reír, siguen siendo los mismos de siempre, me encanta que se lleven así de bien.

- Tengo que confesar que también me alegra verte ahijado.- papá se acerca hasta Ares y lo abraza.- Hacía mucho tiempo que no te veía, ¿acaso ya te has cansado de mí?-

- Jamás padrino.- responde el pelinegro.- Sabes que eres como un segundo padre para mí.-

- Y tú eres como mi hijo.-

- ¡Ya deja de robarme el amor de mi familia enano!- protesta Zeus.

- ¿Tan pronto quieres pelea abuelo?-

- ¡¿Cómo me has llamado?!-

- Eres un viejo Zeus, ya hasta canas te han salido.-

- ¡Eso es mentira!-

Mi padre sale corriendo perseguido por Zeus y todos los demás nos quedamos observando la escena asombrados.

- ¿Cómo es posible que se sigan comportando como niños?- protesta Hera.- ¡Por los dioses empeoran con la edad!-

- No te haces una idea de lo que nos queda amiga.- ríe mi madre.- Tú debes ser la hermosa Atenea, ¿cierto?-

- Sí, así es.- responde la rubia.

- Bella tenía razón cuando me habló de tí, eres una princesa.-

- Gracias...-

Atenea me mira con la cara ruborizada y yo le sonrío.

- Si nos disculpan, Apolo y yo debemos atender algunos negocios.- dice Ares.- Volveremos en la noche.-

- Claro, id con cuidado hijos.-

Ambos desaparecen por la puerta.

- Aisa cielo, ¿qué te parece si tomamos un café mientras hablamos de todos los asuntos de la boda?- pregunta la castaña.

- Me parece estupendo.- indica mi madre.- Bella cielo ve a la entrada de la casa, hay una sorpresa esperándote.-

- ¿Qué sorpresa?-

- Ya lo verás.-

Mamá me guiña el ojo y se marcha con Hera.

- Bueno, yo me voy a terminar un proyecto que estoy haciendo.- interviene Atenea.- Nos vemos después.-

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora