Capítulo 25

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Apolo

Vuelvo a casa después de haber ido a la playa para hacer mi rutina de ejercicios matutina. Han pasado ya casi dos semanas desde que Ares y Bella se marcharon de luna de miel y ahora yo tengo más trabajo que de costumbre, pues mi padre quiere que me haga cargo de los negocios mientras mi hermano no está.

Lo cierto es que esto es un auténtico infierno para mí. No me gusta la mafia, no tengo ni puta idea de cómo dirigirla, nunca me ha interesado aprender. Siempre he preferido ganarme la vida como modelo y, lo cierto es que no me va nada mal así, gano una auténtica fortuna cada vez que hago alguna sesión de fotos.

Aun así, no puedo escapar de mi familia. Soy un Sideris, un Olímpico, y eso me perseguirá toda la vida. Por fortuna no soy el hermano mayor, es la responsabilidad de Ares cuidar de la mafia cuando nuestro padre se retire y, ahora que se ha casado y que pronto tendrá hijos, será responsabilidad de ellos, por lo que yo ya no tendré que preocuparme por mucho más tiempo.

Cuando por fin llego a la casa, me encuentro con mi madre bajando las escaleras.

- Hola cariño.- sonríe dándome un beso.- Hoy has madrugado mucho... ¿acaso estás enfermo?-

Ladeo los ojos.

- Buenos días para tí también madre...- refunfuño.- ¿Qué imagen tienes de tu hijo favorito?-

- Hermes, es muy estudioso y responsable, por lo que tengo la mejor imagen de él.- ríe.

- Eso ha sido un golpe bajo...- respondo haciendo un puchero.

- A los cuatro os quiero por igual.-

- Sé que en el fondo soy tu favorito, pero entiendo que no lo quieras confesar.- me burlo.

Ella me da un pequeño codazo.

- Anda vamos al comedor.- indica.- No podemos desaprovechar que te has levantado temprano, al menos hoy tu padre y yo podremos desayunar contigo.-

- Sí... qué emoción...-

Me agarra del brazo y nos dirigimos a la sala, en donde se encuentran mi padre y Atenea, ya sentados en la mesa.

- ¿Y este milagro?- pregunta Zeus.

- Tú hijo se ha levantado temprano para hacer deporte, ¿lo puedes creer?- contesta mamá.

- ¿Pueden dejar de hablar como si no estuviera aquí?- me quejo.

- No seas tan malhumorado Apolo.- ríe mi padre.- Anda ven, siéntate junto a mí.-

Así lo hago y, en unos segundos, las criadas nos sirven el desayuno.

- Acuérdate de que al medio día tenemos la reunión con los distribuidores.- indica Zeus.- Quiero que estés ahí conmigo.-

- ¿Cuándo volverá Ares?- bufo.- Estoy cansado de tener que hacer su trabajo.-

- Te viene bien hacerlo hijo, recuerda que tu eres el segundo en heredar la mafia.-

- Padre Ares está más sano que una pera y dentro de poco tendrá hijos.- replico.- Además tú eres joven aún, no necesito prepararme para una responsabilidad que nunca voy a llegar a tener.-

- Cabezota como tu madre...-

- ¿Disculpa?- se queja Hera.

- Nada cariño, no he dicho nada.- le sonríe papá.

- Al menos dime que esta tarde podré ir a la fiesta que darán los Santoro.-

- ¿Celebran algo en particular?-

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora