Capítulo 21

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Isabella

El corazón me late a mil por hora mientras las maquilladoras y peluqueras recorren la habitación de un lado para otro, aplicándome los últimos retoques. Mentiría si dejara que no me veo absolutamente hermosa, pero eso no hace que mis nervios se reduzcan.

El cabello lo llevo recogido en un moño alto, con algunos mechones por fuera, para darle un aspecto más desenfadado. El maquillaje que llevo es bastante natural, a excepción de mis labios, los cuales tienen un color rojo oscuro.

- Ya está lista señorita Al-Asad.- dice una chica cuando termina de aplicarme el perfume.- En unos minutos llegarán las modistas para ayudarla con el vestido.-

- Gracias.- me limito a responder.

Ella asiente con una sonrisa y comienza a ordenar a todas las demás que recojan todo. En eso suena la puerta y veo entrar a mi hermano.

- ¡Madre mía ni en el ejército hay tanta actividad!- se burla.

- La verdad es que tener a veinte personas a mi alrededor no me ayuda mucho con los nervios.- confieso.

- Me imagino.- sonríe.- Vaya...- me mira de arriba a abajo.- Qué vestido de novia más particular...-

Ladeo los ojos.

- Estoy en bata Malek...-

- Menos mal.- se ríe.- Ya me había asustado de que tuvieras tan mal gusto.-

- Tonto.-

Él me da un abrazo y yo se lo devuelvo.

- ¡Nooo!-

Nos separamos al oír el grito de una de las chicas.

- Nada de contacto físico señorita Al-Asad, no queremos ningún contratiempo antes de la ceremonia.-

- Solo era un abrazo...- me quejo.

- No te preocupes hermanita, luego de que digas sí quiero iré a abrazarte corriendo.-

- Lo peor es que eres capaz.-

- Por supuesto que lo soy.-

Ambos reímos.

- ¿Tienes el anillo que te regalé?-

Asiento enseñándole mi mano izquierda, donde luce la hermosa joya, al igual que la pulsera que me regalaron Rayan y Rachel.

- Siento que tus padrinos no hayan podido venir.- se disculpa Malek.- Pero necesitábamos que alguien de confianza se quedara en Egipto.-

- Lo sé, no te preocupes.-

La puerta vuelve a sonar y veo entrar a cinco mujeres junto con un perchero donde se encuentra mi vestido.

- Señorita Al-Asad, tenemos que ayudarla a vestirse, vamos un poco mal de tiempo.-

- No se preocupen señoritas.- responde mi hermano.- Yo ya me marchaba.- me vuelve a mirar.- Te veré en el altar Isabella.-

- Estoy muy nerviosa Malek...-

- Lo sé, pero cuando bajes ahí, no te olvides de que eres una diosa, una Inmortal.-

- ¿Y cuando diga sí quiero?-

- Entonces serás una Inmortal y una Olímpica.- aclara.- Nunca dejarás de ser parte de nuestra familia, Egipto siempre será tu hogar hermanita.-

- Te quiero hermano.- digo con los ojos llorosos.

- Y yo a tí.- sonríe.- Pero ni se te ocurra llorar que no quiero que estas locas me corten los huevos.-

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora