Capítulo 44

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Apolo

Estoy junto a Atenea en nuestra habitación, ambos tumbados en la cama. Yo acaricio su vientre con suavidad mientras ella no deja de mirarme fíjamente.

- ¿Crees que sea una buena idea?- pregunta.- Con todo lo que está pasando...-

- Es nuestro hijo, claro que es una buena idea.- respondo mirándola.

- Hasta que pasen dos meses más puedo perderlo.-

- Todo saldrá bien.- digo acariciando su rostro.- Te lo prometo.-

- Estoy asustada.- confiesa.- Nunca pensé tener un hijo con 18 años y menos en esta situación.-

- Jamás permitiré que os hagan daño Atenea.- prometo.- Cuidaré de ambos.-

- Lo sé.- sonríe.- Te amo Apolo.-

- Y yo a tí.-

La beso con delicadeza pero, en unos instantes, las alarmas de la casa empiezan a sonar y ambos nos incorporamos sobresaltados.

- ¡¿Qué está pasando Apolo?!- exclama la diosa asustada.

- No lo sé, pero tienes que irte a por nuestra madre.- ordeno.- Llévala al refugio y quedáos allí.-

- No Apolo...-

- Todo saldrá bien Atenea.- digo abrazándola.- Ahora vete, por favor.-

Ella asiente con los ojos llorosos. Ambos salimos de la habitación y ella se dirige hacia donde está madre. Yo avanzo rápidamente hacia los jardines cuando me encuentro con mi hermano y con algunos de nuestros hombres.

- ¡¿Qué es lo que está pasando?!- pregunto.

- Hay dos aviones rusos aproximándose a la casa.- indica Hermes.

- ¿Qué clase de aviones?-

- Aviones de guerra.-

- Malditos hijos de puta...-

Cojo el comunicador de mi hermano y me dispongo a dar las órdenes a mis guardias.

- A todas las unidades fuego a discreción, repito, fuego a discreción.- ordeno.- ¡Qué no se acerquen a la casa!-

- ¿Los derribamos por completo o quiere supervivientes?- escucho como me responde una voz.

- No me interesan los prisioneros.- aclaro.- ¡Que mueran todos!-

- Sí, señor.-

A medida que llegamos a los jardines, puedo ver como nuestros misiles empiezan a disparar al horizonte.

«Esos hijos de perra no van a salir vivos»

***

Ares

Desde las ventanas del jet, puedo ver una isla a los lejos... mi hogar. Han pasado muchos meses desde que estuve ahí, pero incluso parece que han sido años. No me puedo creer que al fin vaya a volver a casa.

- ¿No vas a gastarle alguna broma a Zeus papá?- le dice Isabella al pelinegro.

- ¿A qué te refieres?-

- Esperaba algo como... Hera te va a matar abuelo u otra cosa.- se burla la castaña.

- Sabe que tiene todas las de perder.- interviene Zeus.- Él también va a tener serios problemas con Aisa.- añade.- Y de las dos siempre he considerado a Hera la más razonable.-

Entre diosesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora