Finalmente era el día de la fiesta de bienvenida.
Una simple excusa para juntar a todos los hipócritas con dinero y para hacer tratos sucios.
Ochako por más que nunca había asistido a una, sabía perfectamente como eran estás fiestas y lo que se hacía, los anfitriones les darían la bienvenida y usarían algún pretexto barato para justificar todo.
Viéndose frente al espejo, con su vestido negro, peinada y maquillada, por primera vez en mucho tiempo se sentía bien.
El vestido era ceñido a su figura en la parte superior, su escote era abierto hasta su cintura dónde de cortaba por el cinturón negro, se le marcaba y agarraba muy bien los pechos.
La falda del vestido era suelta y le llegaba hasta el piso, apenas se le arrastraba, tenía una pierna abierta y un tul negro lo cubría.
Era sencillo y elegante, le remarcaba sus curvas le quedaba precioso, también tenía zapatos negros puestos, eran con punta gruesa para evitar dolores y se le agarraban por los tobillos.
Su cabello estaba recogido en un moño alto, en su mayoría conformado por extenciones, le habían quedado algunos mechones sueltos a propósito, y su maquillaje era elegante, nada extravagante ni que llamase la atención, pero lindo.
Salió del cuarto hacia la entrada, allí ya la estaban esperando sus guardaespaldas junto a su padre y el guardaespaldas de él, irían a otra vivienda de ellos.
-te ves preciosa hija- la chica sonrió y asintió.
Sin esperar mucho más salieron hacia allí en dos autos, en uno iban padre e hija y en el otro los guardaespaldas.
-ya sabes lo que debes hacer no?- con un suspiro la menor asintió.
-hablar con Kaibara para que se ponga en contacto contigo o amenazarlo con matar a su hermanita- el mayor asintió.
-va a estar Bakugo, quiero que lo saludes- nuevamente asintió y miro por la ventana.
Estuvieron un rato en silencio, su padre la miraba de reojo pero ella solo podía ver por la ventana.
-Ochako... si te pidiera algo, me lo cumplirias?- la castaña juntó sus cejas confundida y miro a su padre.
-a que te refieres?- fue el turno del hombre de suspirar.
-quiero que te cases hija o que por lo menos estés en pareja con alguien, que pasó con aquel joven que era amable contigo y estaba enamorado de tí?- la menor se cruzó de brazos y deseo que el asiento la trague.
-termine con él desde antes de venir hacia aquí, papá por favor, no me vengas con esas cosas, sabes que no me quiero casar, además los únicos que se me acercan cuando escuchan el apellido son interesados, los demás salen corriendo- el hombre asintió dudativo.
-no todos...- la chica lo miro mal.
-los Bakugo y Todoroki no cuentan.- fue el turno del mayor hacer un puchero y cruzarse de brazos.
-para mi harían linda pareja, me agradan... en especial cierto rubio...- la castaña prácticamente le estaba gruñendo.
-no.- como si fuera obra del destino habían llegado antes de que se desatara una pelea, tomando aire ambos bajaron y actuaron sus mejores sonrisas.
Luego de que los revisaran de no tener armas, entraron.
El lugar estaba lleno de gente, Ochako acompañaba a su padre y casi no se despegaba de su lado, conoció a muchas personas, la mayoría no le cayeron bien pero, nuevamente actuó su mejor sonrisa y colocó su tono más dulce a la hora de hablar.
En algún momento la chica desvío la mirada antes de ver a alguien que la hizo sonreír, al fin algún conocido.
Disculpandose y excusándose se fue de la conversación que estaba teniendo su padre con un señor que ya se había olvidado el nombre, caminó en dirección al hombre que había visto, cuando esté la vio lo noto suspirar y relajarse un poco, se abrazaron al verse.
-tanto tiempo Uraraka- la chica se separó y miro al hombre frente a ella.
-tambien te extrañe Todoroki-kun- el contrario sonrió.
-viniste con tu novio o solo con tú padre?- la castaña negó y con la cabeza señaló a su padre, el bicolor abrió la boca formando una "o".
-y tú? Vino tu familia?- la chica comenzó a buscar con nervios a la familia del chico.
-relajate vine con mi padre y Fuyumi- la chica se relajo visiblemente ante eso.
Estuvieron un rato más charlando y poniéndose al día con sus vidas.
Ochako y Shoto se habían conocido en la escuela, Katsuki también molestaba al bicolor, solo que no tanto como a la castaña, eran como mejores amigos los tres o al menos eso pensaba el bicolor.
-ya hablaste con Bakugo?- la castaña se tensó ante eso.
-no... jeje, de hecho hace años no lo veo- el chico asintió y comenzó a buscar algo -que estás buscando?...- la chica cambien comenzó a ver a su alrededor.
-a Katsuki Bakugo- la castaña quedó estática -hace un rato nos saludamos, estaba con su padre-
-sabes que? Creo que debo ir al baño, nos vemos en un rato- rápidamente la castaña huyó de allí en dirección al piso de arriba, necesitaba estar sola un momento.
Subió y le preguntó a alguien del servicio por el baño, agradeciendo por las indicaciones fue hasta allí y se encerró dentro.
-bien Ochako, no pasa nada respira, concéntrate en Sen Kaibara, si cruzas a Bakugo actúa normal, seguramente no se acuerda de la última ocasión en la que estuvieron juntos, tranquila...- se miraba y hablaba frente al espejo en vos baja.
-ahora mujer, concéntrate y pon tu mejor sonrisa, es una noche de casería- diciéndose eso, salió con una gran sonrisa falsa hacia la fiesta.
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Vinilos Y Disparos
Fanfiction¿Que sucedería cuando dos viejos conocidos de reencuentran? No tienen nada personal en común, no son adolescentes, no deben dejar de lado sus obligaciones, se soportaron toda su vida, la rivalidad nunca los abandonó. Entonces... ¿por que ya no sie...