Durante la cena no volvieron a tocar el tema, simplemente conversaron sobre algunas cosas que se podían decir del trabajo, la familia y sobre los Bakugo.
El chef también se había acercado a platicar y a agradecerles la visita, Sato les regaló el postre, que consistía en un volcán de chocolate para Daichi y mochis para Ochako.
Al volver al auto, está vez estaba conduciendo Daichi, quién a mitad de camino se le había borrado todo rastro de alegria en el rostro.
-tienes que hablar con Kodai, dice que sabe algo importante y que debes saberlo, aunque no nos dice nada a nosotros- Ochako asintió levemente.
-crees que es sobre la investigación?- el mayor se encogió de hombros.
-no lo sé, pero me parece bastante estúpido que hasta infiltraran a una extranjera, no te voy a mentir, creo que esto es más grande de lo que parece- ella suspiró y se acomodó en el asiento.
-lo se...- ninguno dijo más.
Llegaron en silencio a un viejo edificio a las afueras de la ciudad, allí también estaban Tsuyu, Toru, Sero, Kaminari y Kirishima.
-que hace Kirishima aquí?- el pelirrojo estaba extrañamente serio.
-yo lo mandé a llamar, debe saber que sucede cuando alguien hace una mala jugada y ella lo está exigiendo, dice que si no están los dos no hablará- la castaña asintió.
Pararon el auto y se bajaron, al reunirse todos, entraron a dónde estaba Kodai, allí había también más matones de la yakuza.
-Kodai.- la pelinegra está atada de manos en medio del salón, apenas unos treinta centímetros sobre el piso.
-al parecer escucharon mi pedido, es un gusto volver a verte Uraraka-san, hacia mucho no la veía- la castaña gruño.
-levanta la cabeza rata traidora- la pelinegra se rió ante el comentario de Sero, aunque si levantó la vista.
-esta muy hermosa mi señora- Ochako caminó hasta estar frente a ella y le escupió la cara.
-al punto- la chica estaba toda golpeada, aunque parecía no importarle.
-lo diré solo con Ochako Uraraka y Eijiro Kirishima presentes.- Daichi iba a hablar, aunque lo detuvo la mano de su hija en alto.
-todos fuera. Sin protestas- la castaña no despegaba la mirada de la pelinegra, quién sonreía altaneramente.
De a poco el salón se fue vaciando, hasta solo quedar ellos tres presentes.
-habla.- Kirishima se posicionó detrás de Uraraka.
-sabias que tu cabeza la quieren como siete países? Vale mucho Uraraka-san- la nombrada gruño.
-al punto.- la gruesa voz de él, dió a entender que tampoco estaba de humor.
ESTÁS LEYENDO
Vinilos Y Disparos
Fanfiction¿Que sucedería cuando dos viejos conocidos de reencuentran? No tienen nada personal en común, no son adolescentes, no deben dejar de lado sus obligaciones, se soportaron toda su vida, la rivalidad nunca los abandonó. Entonces... ¿por que ya no sie...