Masaru Bakugo era un hombre gentil, amable, humilde, confiaba en la gente y la gente confiaba en él, daba segundas oportunidades y podía intuir cuando una persona traía problemas, algo que supo desde la primera vez que lo llamaron del preescolar era qué su hijo iba a ser un chico problema.
Katsuki Bakugo un chico arrogante, fuerte, mal humorado y desconfiado, a diferencia su padre, él no confiaba fácilmente en la gente y no daba segundas oportunidades, también podía intuir cuando algo le iba a dar problemas y siempre se iba directo a ello.
Hoy en día tenía 26 años, a diferencia de hace diez años, ahora tenía más paciencia y podía mantener su temperamento a raya, trabajaba con su padre en la industria de la moda, aunque esto no le apasionaba tampoco mucho.
El sueño de Katsuki siempre fue ser chef profesional, amaba cocinar, pero a la hora de elegir universidad y al enterarse que su padre tenía cáncer, decidió seguir la industria de la moda.
Masaru le había dicho que no era su obligación y que iba a sobrevivir al cáncer, pero su hijo nunca le hizo caso.
Mitsuki Bakugo, había fallecido en un horrible accidente hace años, junto con una amiga muy querida de ella.
La perdida de su madre los habían marcado, haciendo así que se alejaran un poco, pero Masaru se ocupó de hacer sus lazos padre e hijo más fuertes, haciendo así que hoy en día trabajen juntos y se lleven estupendamente.
Estaban en la oficina de Masaru revisando contratos cuando la secretaria del hombre tocó la puerta.
-adelante- la joven chica entro por la puerta.
-señor Bakugo, un tal señor Uraraka pide una reunión urgente con usted, dice que son viejos amigos- el castaño mayor frunció el ceño.
-de acuerdo... Gracias Hado, programa la reunión para mañana a primera hora- la joven hizo una reverencia antes de irse.
-me suena el Uraraka- Masaru asintió ante su hijo.
-es el padre de Ochako Uraraka, recuerdas?- el menor frunció el ceño.
-la castaña con cara redonda?- el mayor rodó los ojos con una sonrisa divertida.
-si esa, me sorprende que aún en día sigas teniendo apodos- fue el turno del rubio de rodar los ojos.
-no es mi culpa, era insoportable y se la pasaba con el bastardo todo el tiempo. Por cierto, mañana no se supone que tienes otras reuniones todo el día?- el mayor asintió sin mirarlo.
-así es, pero si él quiere una reunión debe ser importante y a primera hora no tengo ninguna reunión- el chico asintió.
Internamente Katsuki se preguntaba por qué le daba tanta prioridad al hombre, qué se supone que es tan importante?
Masaru también se preguntaba que quería el hombre, habían ido juntos toda su vida escolar y eran inseparables de pequeños, la última vez que había contacto con él había sido cuándo había enfermado, él le había pagado el tratamiento para devolverle un favor de hace años.
-Katsuki, mañana quiero que te encargues de las reuniones tú, se que puedes, yo lo más probable es que vaya a una cafetería con Uraraka- su hijo lo miro con el ceño fruncido, sin embargo asintió.
El resto del día paso tranquilo dentro de todo, pero aún con la angustia de lo que quería Uraraka.
Al día siguiente, fueron juntos al trabajo, llegaron unos veinte minutos antes del horario de entrada.
La reunión era a las siete y diez, y recordandolo tan puntual como siempre, tocaron su puerta para que luego se abriera mostrando a un gran hombre.
-Masaru, tanto tiempo- el hombre se veía gentil y se le suavizó su expresión al verlo.
-Daichi es un placer volverte a ver- el castaño también sonrió al verlo, claramente disimulando sus nervios.
-quieres ir a por un café? Ya sabes, por los viejos tiempos- Masaru asintió y agarro su billetera junto su celular y llaves para salir, en la recepción se cruzó con Hado y le dijo que cualquier cosa todo se lo diga a Katsuki.
-así que trabajas con tu hijo- habían salido y estaban caminando hacia la cafetería.
-si, realmente es bueno, aunque se que no es lo que le gusta- el contrario asintió.
-si... pero no todos podemos hacer lo que nos gusta en la vida, miranos a nosotros- Masaru lo empujó con el hombro levemente en el brazo y el contrario rió.
-tu hija ya volvió?- el contrario suspiró mientras entraban al local.
Se sentaron en una mesa alejada del resto y pidieron ambos café.
-mi hija es un tema complicado Masaru- el castaño lo miro con suavidad.
-se siguen pareciendo?- el contrario rió con suavidad.
-es el clon de su madre- fue el turno de Masaru de reír, era bueno de vez en cuando charlar con un viejo amigo.
Les trajeron el café y comenzaron a tomarlo charlando de trivialidades.
-escucha Masaru, te contacte por algo que más tomar café...- el castaño solo lo miraba y escuchaba atentamente lo que el hombre frente a él tenía para decir.
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Vinilos Y Disparos
Fanfic¿Que sucedería cuando dos viejos conocidos de reencuentran? No tienen nada personal en común, no son adolescentes, no deben dejar de lado sus obligaciones, se soportaron toda su vida, la rivalidad nunca los abandonó. Entonces... ¿por que ya no sie...