capítulo 33.

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Bakugo bloqueaba la salida cruzado de brazos y Uraraka había desistido de usar la fuerza para salir, se miraban fijamente y estaban a tan solos centímetros del otro

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Bakugo bloqueaba la salida cruzado de brazos y Uraraka había desistido de usar la fuerza para salir, se miraban fijamente y estaban a tan solos centímetros del otro.

-déjame salir.- el rubio tenía el ceño fruncido.

-no me voy a ir hasta que me escuches- la castaña se mordió la lengua y fue a sentarse en la cama -que te traes con el cara plana y el pikachu?-

-Sero y Kaminari? Son mis empleados- el ceño del rubio se profundizó.

-antes vinieron aquí, hace unas horas. Para que?- la chica sonrió.

-celoso de que este con otros hombres?- el rubio caminó hacia ella.

-por qué debería tener estúpidos celos?- la castaña al darse cuenta que esto iba para rato se acostó en la cama, colocando su yeso sobre ella.

-claro... últimamente a cualquier hombre que se me acerca le andas gruñendo, pareces un perro- Katsuki se sentó a su lado.

-oi no soy un perro!- le golpeó suavemente su rodilla con la de él, ella le devolvió el golpe.

-ven, acuéstate al lado mío- sin saber la razón, él lo hizo -quien buen chico? Tu lo eres Kat-Kat- ella le dió suaves palmadas en sus brazos.

-OI MALDITA MEJILLAS- él le quitó la mano, pero no se movió, ella se carcajeo.

-es mi venganza, por lo de la pierna- el chasqueo la lengua nuevamente.

-estúpida- ella sonrió.

Estuvieron unos momentos en silencio.

-por qué tanto interés en lo que hago con otros?- ella miraba al techo, había levantado su brazo sano y movía sus dedos en el aire.

Bakugo no respondió, solo levantó la mano y le agarró la mano a ella, la castaña lo miró asombrada pero él miraba sus manos fijamente.

-son peligrosos y no los conozco lo suficientemente bien. Te pueden poner en peligro por dinero- está vez si la miró a los ojos.

-y tú? No eres peligroso para mí?- el rubio estaba serio.

-no te dije que me irritan las preguntas estúpidas?- ella sonrió.

Estaban hombro a hombro, con sus brazos aún extendidos y agarrándose las manos, mirándose fijamente a los ojos.

-...por qué haces esto?- ninguno desviaba la mirada del otro.

-por qué no?- él noto como ella tragaba y se humedecia los labios.

-Bakugo no lo quiero arruinar más... por qué haces esto?- ahora fue él quien tragó duro, lentamente con su mano desocupada le corrió un mechón de cabello que tenía en el rostro.

-quiero cuidarte y ser egoísta.- ella frunció el ceño, el dolor se hizo presente en sus ojos y se soltó bruscamente de él.

-hay que bajar.- se levantó e intento caminar hacia afuera.

-oi! Que dije?- él la agarró del brazo.

-dije que hay que bajar- Bakugo nuevamente le bloqueó la salida antes de que ella llegara.

-que mierda dije?- la chica se veía dolida.

-no dijiste nada! Eso querías escuchar? No dijiste nada malo, solo soy yo, ahora muévete- el rubio frunció el ceño y se acostó en la puerta -Bakugo hay gente abajo...-

-no.- la chica suspiró y trato de recuperar su paciencia.

-Katsuki Bakugo, por favor hazte a un lado para pasar porque tengo invitados en el piso de abajo y no me quiero enfadar- él no movió ni un músculo -OH VAMOS BAKUGO MUÉVETE Y DÉJAME SALIR DE UNA VEZ-

-Uraraka-san estás bien?!- la castaña sonrió.

-Momo-san podrías decirle a Kirishima-kun que me empuje la puerta? Se me trabó y no puedo moverla con un brazo enyesado- él rubio le saco el dedo del medio, ella le sacó la lengua.

-estoy aquí! De casualidad Blasty está contigo??- el rubio fue quién sonrió.

-si?- la castaña lo miraba con sospecha.

-bueno, te molesta quedarte con él? Nosotros vamos a salir! Le queremos mostrar a Jiro-chan y Yaoyorozu-san algunas cosas. Se pueden dejar juntos sin matarse? Nos vamos todos, de hecho ya se nos hace tarde, adiós!- la castaña se tardó unos minutos en procesar lo dicho por el hombre.

-NO ESPERA KIRISHIMA-KUN- escuchó un auto arrancar, fue hasta la ventana y ellos ya se estaban yendo.

-ahora me vas a escuchar Ochako.- sin saber bien porque la castaña tragó duro.

Katsuki le explicó a la chica lo que quería hacer, en un inicio ella se negó rotundamente.

Estuvieron alrededor de tres horas para llegar a un acuerdo entre ellos, realmente la idea del rubio no era mala y los podría beneficiar a ambos, por lo que terminaron aceptando luego de que cada quién ponga sus condiciones.

Ya era de noche cuando terminaron de acordar todo. Ahora Ochako junto a Katsuki estaban sentados en la sala esperando al señor Uraraka.

La tensión era palpitable en el aire y a ninguno le terminaba de agradar.

-joder si tanto te molesta me voy ahora y terminamos con esto- la chica suspiró.

-no es eso Bak...Katsuki, no es eso.- escucharon como el portón se habrían e inmediatamente la castaña se enderezó.

Unos minutos después el señor Uraraka ingresaba a la casa.

-papá.- el hombre los miró y se sorprendió de ver al rubio.

-Katsuki que haces aquí? No sabía que venías...- el mayor miró de reojo a la castaña.

-Señor vine de improviso, quiero pedirle algo... si me concede el honor- el hombre levantó una ceja.

-que sucede hijo? Normalmente si quieres algo no lo pides- el rubio suspiró y la castaña aguantó el aire.

-quiero pedirle su bendición para salir con su hija.-

Daichi Uraraka abrió los ojos como platos.

Ochako Uraraka estaba mordiéndose la lengua y evitando tragar duro.

Katsuki Bakugo estaba tenso y serio.

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