¿Que sucedería cuando dos viejos conocidos de reencuentran?
No tienen nada personal en común, no son adolescentes, no deben dejar de lado sus obligaciones, se soportaron toda su vida, la rivalidad nunca los abandonó.
Entonces... ¿por que ya no sie...
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Al llegar a su lugar de encuentro, ya habían otros autos estacionados. Ochako ya había informado a Sero de lo que Chisaki le dijo sobre Shigaraki y se estaban preparando desde el auto.
Antes de bajar él la agarró del brazo, ella lo miró curiosa.
-ve por detrás hasta el tercer piso, por favor- Uraraka levantó una ceja curiosa.
-para que?- Sero trago nervioso.
-solo ve por favor- la mujer lo analizó antes de solo asentir. Sin más, Ochako agarró una navaja que había en el auto, se la guardo en un estuche de su pierna y se bajaron juntos.
Ochako hizo lo que le pidió su amigo, fue por detrás y subió las escaleras con cuidado, se había vuelto a poner los zapatos antes de bajar, ya que si tenía que correr se lo iba a pisar e irse de cara al piso, nadie quería ver eso.
Subió con cuidado cada escalón hasta el lugar indicado, el cuál parecía estar completamente vacío, las paredes estaban sucias y desnudas, el piso en sus esquinas también estaba sucio, aunque en su mayoría estaba impecable, no había ni un solo ruido y apenas si entraba la luz de la noche.
Inspeccionó el lugar con cuidado, ajustando su agarre contra el arma en mano.
Escuchó fuertes pisadas y como se cerraba la puerta detrás de ella, si su intuición y el modo de caminar de la persona no le fallaban, le daría un buen golpe a Sero en cuanto lo viera.
-dame la puta cara- tomando aire, lentamente se dió vuelta para mirarlo, estaba vestido de traje, con sus botones superiores de la blanca camisa desabrochados, llevaba su rebelde cabello aún más desordenado de lo común, sus manos estaban metidas en sus bolsillos y portaba su usual mal postura.
Aún así ella lo vió hermoso.
-linda forma de saludar- él chasqueo la lengua.
-no me jodas, quiero explicaciones.- Ochako se cruzó de brazos.
-bien. Pregunta lo que quieras- el ceño se hundió aún más profundo.
-desde cuando estás jugando a todo esto?- la mujer suspiró.
-hace mucho- Katsuki gruñó -la parte de la policía desde que me enteré lo de Iida.- eso había sucedido desde hace ya más de siete meses.
-y la otra parte? Mí parte?- Ochako lo miró en silencio aparentando la mandíbula, Katsuki avanzó dando zancadas hacia ella -contestame-
La menor lo miraba hacia arriba, no quería decirle completamente la verdad, ya que podría arruinarse todo, pero tampoco le quería mentir, por lo que optó a su vieja confiable, desviar la pregunta.
-no me puedes exigir nada. Estuviste con los malditos Todoroki.- eso pareció enfadarlo aún más.
-si me metí ahí es porque me acorralaron y para salvar tu maldito culo- Ochako dió un paso al frente.
