capítulo 30.

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Como había dicho Daichi, Ochako se comenzó a despertar al otro día

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Como había dicho Daichi, Ochako se comenzó a despertar al otro día. Para ese momento el hombre ya había vuelto pero parecía un peor humor que antes de irse.

El hombre ingresó a la habitación de la chica y estuvo unos minutos, cuando salió de allí vió directamente a Katsuki y le hizo una seña con la cabeza para que ingresé.

Sin decirle nada, Katsuki entró al cuarto. Ochako estaba sentada y miraba por la ventana, cuando lo escuchó ingresar solo lo miró de reojo.

-...gracias por buscarme- sin saber bien que hacer Bakugo se sentó en una silla frente a ella.

-dónde estabas?- finalmente ella lo miró bien.

-estaba de picnic, aunque las cosas se salieron un poco de control, casi me violan, asesiné mínimamente a veinte personas, deje a otras treinta con heridas de gravedad, me encontré con Eri, tomamos té y... déjame pensar, oh sí, al parecer Chisaki no aguantaba no conocerme por lo que me buscó, pero creo que no le caí muy bien- el frunció el ceño y ella sonrió.

-eres una estúpida- la castaña bufó.

-perdón por hacer que me secuestran, la verdad fue un mal momento para querer estar sola y aguantarme el impulso verdaderamente hermoso de ir a matar gente- el ceño fruncido de Bakugo no aflojaba.

-como sea. Dónde te encontraron?- ella se volvió a recostar en la camilla.

-en la bodega- antes de que el rubio responda, la puerta de la habitación se abrió e ingresó un muy mal herido Shoto Todoroki.

-cómo estás?- el bicolor, cerró la puerta detrás de él y se sentó al lado del rubio.

-fantastica. Pero me hubiese encantado conocer a San Pedro- el sarcasmo no se hizo de esperar -ahora, a tí que te sucedió? Tienes la mitad de la cara morada-

-fui a ver a la niña- la chica levantó una ceja -Sero y tú padre me golpearon- la chica levantó ambas cejas.

-que gran forma de meter a alguien a la cárcel, dejando que te golpeé- el rubio estaba confundido.

-me explican qué mierda sucede o los golpeó yo en este instante- la castaña sonrió y cabeceó al bicolor.

-estoy en una investigación en la cuál quieren meter preso a Daichi Uraraka y ella lo sabe- el rubio lo miró como si le hubiese salido una segunda cabeza.

-eres un jodido estúpido- el bicolor asintió.

La puerta se volvió a abrir e ingreso un peliverde, antes de hablar Uraraka lo interrumpió.

-largo- el recién llegado la miró asombrado.

-per- Midoriya de verdad quería hablar con ella.

-dije que largo.- el hombre iba a insistir, pero al ver los rostros serios junto a el aura asesina que rodeaba a su viejo amigo y a su jefe, decidió irse.

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