capítulo 7.

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Ochako salió a los jardines y tal como había dicho su padre ahí estaba, él

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Ochako salió a los jardines y tal como había dicho su padre ahí estaba, él.

Parado rectamente, vistiendo un traje azul marino oscuro, tan oscuro como su cabello y su mente, con sus rectangulares lentes tan característicos y sin una gota de humor en su rostro.

Estuvieron saliendo un tiempo, sin embargo, cuando ella se recibió inmediatamente fueron de vacaciones juntos, dónde en esas mismas vacaciones se fue todo a la mierda. 

A paso lento caminaba hacia él, quién estaba de espaldas tomando champagne.

-hola cariño- la chica frunció el ceño y solo se paró a su lado.

-hola- el hombre se giró para mirarla.

-estas hermosa- la chica no respondió -te ocurre algo?- la chica sonrió de medio lado.

-quieres ir a divertirte? Me cansé de este juego estúpido de hacer como que estamos bien y tú no eres un policía ni yo soy la hija de quién quieres encarcelar, tengo ganas de algo...- al hombre pareció que se la había iluminado la cara y en un rápido movimiento la pegó a él.

-de verdad cariño? Quieres que te folle ese lindo coño tuyo?- tal vez en otras circunstancias el tono ronco con él que le hablaba y la cercanía hubiesen tenido efecto, pero ahora solo le daba asco la actuación que hacía.

La chica se separó de él y lo agarró de una mano para conducirlo a otro luga alejado, moviendo intencionalmente su cadera, sonrió al ver cómo el hombre la miraba directamente allí.

Su padre y los Bakugo habían visto todo, el mayor de los Uraraka estaba listo para romperle el cráneo.

-infeliz de mierda- Masaru le dió la razón y Katsuki solo seguía viendo sin expresión.

Dejaron de ver a la chica cuando los Todoroki se acercaron a ellos.

Katsuki arrastró a Shoto a la barra y está vez si pidió tragos.

-nunca tomas alcohol en estás fiestas, que sucede?- el cenizo rodó los ojos.

-pareces mi puta acosadora- el bicolor lo miro con más profundidad.

-no lo negaste- fue el turno del rubio de fruncir el ceño.

-creo que la cara redonda va a matar a alguien- eso pareció captar la atención del bicolor.

-como? Pensé que ella no mataba- el rubio asintió.

-yo también, pero se llevó a un idiota, su padre dijo que no era nadie importante, pero lo miraba tratando de matarlo cuando ella se lo llevó a otro lugar- el bicolor sin esperar las bebidas, por segunda vez en la noche, se levantó y llevó a rastras al rubio -oi! Suéltame!- el bicolor no le hizo caso.

Cuando se aseguraron de estar solos el bicolor lo soltó.

-Bakugo existe la posibilidad de que infiltren a alguien por medio de Uraraka, no debe matar y no debe tener registro de nada- el rubio asintió.

-bien. Ven conmigo- el bicolor lo siguió sin decir nada.

Fueron por medio de un pasillo hasta el otro lado de la casa, ni siquiera gente del servicio estaba allí, en silencio bajaron al sótano, dónde se escuchaban golpes.

-no hagas ruido- el rubio asintió ante el susurro del bicolor y se asomaron lo suficientemente por las escaleras como para ver qué sucedía.

Atado en una silla, con la cara ensangrentada e inflamada había un hombre, frente a él a quien buscaban, Ochako Uraraka.

-me vas a decir por las buenas o seguimos por las malas? Quiénes son?- la chica le mostraba la pantalla del celular frente a su rostro.

El hombre a pesar de que llevaba todas las de perder se rió.

-oh cariño, hay cosas que no debes saber todavía- con eso se ganó nuevamente un golpe.

Los hombres vieron como la castaña lo golpeaba a puño limpio, lo cuál les sorprendió un poco a ambos.

-bien, se ve que estoy siendo muy buena, la manipulación psicológica no funciona en ti... lamentablemente. Por lo que prefiero la tortura física. Deberías de agradecer que no involucró a tu familia por tus estúpidos errores- mientras Ochako caminaba hacia una mesa llenas de artefactos, una chica delgada de cabello negro corto miro su teléfono.

-Uraraka, ya van a dar la bienvenida, termina rápido- la mencionada gimió con decepción.

-y que quiere que haga este hombre con tan poco tiempo? En fin, que lastima- lentamente los hombres fueron subiendo la escalera en silencio aún escuchando.

-sabes Tenya, en estos días seguiremos hablando. Toga tienes un juguete nuevo, solo no lo mates. Lo quiero con vida, ahora vamos- rápidamente Bakugo y Todoroki corrieron lejos de allí.

Por los pasillos se escuchaba los gritos de agonía y piedad que soltaba el hombre, cosa que los hizo dar una mueca.

Subieron a la segunda planta desde otras escaleras y allí tomaron aliento.

-no se supone que lo íbamos a evitar!?- el bicolor lo miró con su serio semblante de siempre.

-Bakugo ella sabe algo, recuerda que le estaba diciendo que le diga algo, no lo va a matar aún- el rubio frunció el ceño pensando en eso.

-investiga todo lo que puedas sobre ese tipo, sabemos que se llama Tenya, cuando lo tengas ve a mi oficina. Ahora vamos- el contrario asintió y fueron hasta el sector de la fiesta aparentando que no habían visto nada.

Minutos más tarde apareció la menor Uraraka para agradecer que la gente asistió, estaba más despeinada de lo normal, con muchísimo perfume en ella, los hombres no tardaron en notar que llevaba guantes.

Cuando terminaron de hablar los Uraraka, Ochako caminó hasta el segundo piso para encerrarse en una habitación.

Era una habitación de lectura, o al menos ella lo llamaba así, había sillones una extensa biblioteca, un tocadiscos y muchas canciones, ese espacio era como su zona de confort.

Caminó a paso lento y colocó alguna canción vieja de Bruno Mars, a decir verdad poco y nada le importaba lo que se reproducía, ella estaba absorta en el paisaje que veía por la ventana y en sus propios pensamientos.

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