capítulo 39.

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Katsuki tomo el control del beso, para convertirlo en uno hambriento, desesperado y apasionado

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Katsuki tomo el control del beso, para convertirlo en uno hambriento, desesperado y apasionado.

Ella tenía sus brazos alrededor del cuello del rubio, mientras que él la sostenía de la nuca y de su cintura.

Apenas se separaban para tomar aire antes de volver a besarse, ambos habían querido eso desde hace mucho.

Ochako desvío los besos para comenzar a repartirlos a lo largo de su mandíbula y cuello, a la vez que le acariciaba el cabello, él daba leves suspiros.

Bakugo se alejó de ella y le quitó la única prenda que la cubria, se lamió los labios mientras la veía totalmente desnuda.

-mierda si soy un infeliz con suerte...- la castaña sonrió.

Él le comenzó a repartir besos por su cuello, con sus manos le tocaba sus pechos, esos mismos que una vez dijo que eran diminutos y en realidad eran más que grandes y perfectos, de a poco fue bajando hasta comenzar a besar, morder y chupar sus hermosas tetas.

Ochako era un mar de suspiros, gemidos y balbuceos, los cuales empeoraron al sentir una de las manos del hombre viajar a su espalda para bajar y subir lenta y torturosamente.

-Katsuki...- él sonrió.

-que sucede mejillas?- ella frunció el ceño, aunque rápidamente lo sacó y emitió un gemido al momento que él la mordió.

-tocame...- Bakugo sonrió y sin responder, comenzó a bajar dejando un sendero de besos y mordiscos a lo largo de su piel.

Ochako apenas fue conciente de lo que él se proponía cuando lo sintió levantarle la pierna.

-Bakugo que- el siseó.

-shh confía Ochako- la cordura de ambos se estaba perdiendo.

Él le levantó la pierna y la colocó sobre su hombro, con una de sus manos aseguró la cadera de la mujer.

-que? Ah...- Katsuki le había deslizado la lengua sobre sus labios mayores.

A Ochako le avergonzaba el hecho que apenas la toque ya la tenga donde quería, pero apenas podía registrarlo mientras sentía como la lengua de su supuesto novio explotaba y jugaba su intimidad.

Katsuki por su parte, mantenía los ojos fijos en el rostro de la mujer, hasta el momento solo casi ni había hecho nada, solo había probado lo mojada que estaba.

Chupó su clítoris y a cambio ella arqueó la espalda, riendo por lo bajó, con su mano libre comenzó a jugar con la entrada de ella, al mismo tiempo que su boca se entretenía en su punto más sensible.

-Katsukiii...- riendo por lo bajo, él alejó su rostro y le mordió el interior de sus muslos, cuando vio que iba a protestar finalmente le metió dos dedos.

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