capítulo 36.

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Ya habían llegado al departamento del rubio y estaban mirándose sin saber bien que decirse

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Ya habían llegado al departamento del rubio y estaban mirándose sin saber bien que decirse.

-creo... creo que debo buscar mis cosas para irme...- él asintió sin decir mucho.

Uraraka caminó lentamente hacia su habitación y comenzó a recoger sus cosas, que en su mayoría estaban ordenadas y listas.

Bakugo la había seguido y se había apoyado en el marco de la puerta para verla, quería decirle que no era necesario que ella se vaya, que él no quería.

-ven el viernes a la noche- ella lo miró sorprendía -me hiciste romper mi horario de sueño, tenemos que ver la maldita película esa nueva que tanto jodiste- la castaña sonrió.

-si vengo este viernes, deberás ir a mi departamento la próxima semana- Bakugo se encogió de hombros.

-no es como si estuviera lejos- la tensión en ambos bajó notablemente, mientras tanto comenzaban a hablar sobre cómo organizarse los viernes por la noche.

Cuando la castaña terminó de guardar todas sus cosas en su bolso, les envío un mensaje a sus amigas de que ella ya estaba, pero que la buscasen en un rato.

Inmediatamente recibió respuestas afirmativas de ellas.

-sabes Kat-Kat... quitarme la cosa esa me dió hambre...- ella sonreía a boca cerrada mirándolo con gracia.

-que te jodan mejillas- ella se carcajeo mientras caminaban a la cocina.

-jodeme tú si tanto me lo vas a andar diciendo- el rubio la miró sobre su hombro sonriendo, ella le devolvió la sonrisa junto a un guiño.

-no te gustará eso mejillas- ella paso por su costado y comenzó a caminar de espaldas, frente a él.

-no soy tan frágil, novio.- el gruño mientras aumentaba el paso hacia ella, Ochako al saber que la iba a agarrar se dió vuelva y comenzó a correr por el departamento, Katsuki le siguió el juego.

Agradecían que el departamento era grande, ya que corrieron por todo el lugar, la castaña se subía a los muebles y el rubio le gritaba.

Cuando llegaron a la habitación del rubio, ella se paró en la cama mientras el ingresaba caminando.

-ñaña no me atrapas- ella le hacía burla aunque ambos estaban sonriendo.

Katsuki cerró la puerta con seguro detrás de él, ella inmediatamente se quedó quieta y lo miraba callada.

-oi, quién atrapó a quién?- él sonreía de una forma devoradora que la hizo estremecer.

Antes de poder reaccionar, Bakugo ya la había agarrado por los tobillos y tirado a la cama, la castaña chilló mientras lo sentía subirse encima de ella.

El rubio le agarró las manos con una de él y las levantó sobre su cabeza, ella estaba intentando salir, el juego se le había salido de las manos y definitivamente sentirlo arriba de ella no ayudaba.

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