capítulo 34.

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-Katsuki permíteme hablar con mi hija a solas un momento

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-Katsuki permíteme hablar con mi hija a solas un momento...- el rubio asintió y se fue.

Por unos momentos padre e hija simplemente se miraban.

-pensé que no te querías poner en pareja, mucho menos con Katsuki- la castaña meneó la cabeza un poco.

-estuvimos hablando... y llegamos a un acuerdo para poder estar juntos- el mayor estaba buscando vacilación, aunque no la encontró, solo suspiró.

-hija si esto es por tu abuelo, sobre Chisaki, yo mismo me encargaré de que esa boda no se haga... no lo digo por la yakuza o algo así, lo digo como tú padre y porque se que a tu madre no le gustaría. Sabes que- la menor lo paró en seco.

-papá ya lo sé, no lo hago por la yakuza o algo así, Katsuki es realmente agradable y me gusta... además se que tú, mamá, Masaru-san y Mitsuki-san siempre lo quisieron...- el hombre se acercó a ella y le colocó un mechón de cabello detrás de la oreja.

-piensa en tí Ochako, se egoísta una vez. Quieres estar con Katsuki Bakugo?- la menor lo miraba a los ojos, aunque se quedó en silencio unos momentos más.

-sí... realmente lo quiero- ella no sonaba como si intentará convencerse, pero Daichi Uraraka no se creía del todo aquello.

-si es lo que tú quieres acepto- él le agarró por ambos lados de la cabeza y le beso la frente, Ochako cerró los ojos por unos momentos disfrutando uno de los pocos momentos en los que sentía que tenía un padre -vamos, tengo que amenazar a ese muchacho, no porque lo conozca de toda su vida significa que pueda salirse con la suya- Ochako rió y fueron hasta el patio.

En uno de los escalones, sentados mirando hacia el cielo y con el ceño fruncido estaba él.

-Katsuki.- el rubio sacudió su cabeza y se levantó rápidamente -por qué con mi hija? Y te lo pregunto cómo padre- la castaña estaba unos pasos detrás de su padre.

-la pregunta es, por qué no? Mejillas es jodidamente fuerte, lista, amable, comprensiva, graciosa, dulce, astuta, buena y me quedo corto- la chica miraba nerviosa a ambos hombres.

-dime algo que no sepa.- el mayor Uraraka se cruzó de brazos y lo miraba fijamente.

Ellos dos tenían claramente una diferencia de altura. El mayor le sacaba fácilmente dos cabezas al rubio, aunque ambos eran igual de intimidantes.

-me gusta. Y quiero estar con ella. Lo respeto, pero me importa una mierda si no le gusta a usted, voy a estar con su hija.- el castaño lo miro profundamente unos momentos.

La siguiente secuencia paso en cámara lenta para la chica.

Daichi levantó un brazo.

Katsuki fruncí el ceño.

La mano fue bajando.

El rubio estaba por reaccionar y atacar.

El castaño le dió suaves golpes en el hombro mientras sonreía.

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