A la mañana siguiente Uraraka se despertó en su cama, le dolía ligeramente la cabeza pero nada alarmante.
Se levantó y fue hasta la cocina, no vió a Bakugo por ninguna parte y su sala estaba recogida, hizo una mueca al saber que debería agradecerle luego.
Entró a la cocina bostezando, abrió la heladera y saco una botella de agua.
-se dice buenos días- la chica saltó en el lugar, se le cayó la botella y cerró con fuerza la heladera mientras se apegaba a ella -agradece que no soy un asesino en serie, ya estarías muerta- Uraraka trataba de regular su respiración.
-que... que haces aquí? Pensé que te habías ido- el hombre estaba con traje y corbata.
-me fui y volví. Mientras tú y tu gigante culo flojo dormían, yo corrí, hice mi rutina de entrenamiento, me bañé, cambie y traje el desayuno- la chica abrió los ojos, mientras se agachaba a recoger los vidrios rotos.
-pues lamento apreciar dormir. Para que volviste de todas formas?- tenía cuidado de no cortarse, pronto vió como dos manos masculinas la ayudaban.
-necesito que me ayudes con la mierda de canciones, para mí todas son iguales- ella levantó su cabeza para verlo indignada -que?-
-que Masaru-san no te escuché decir eso, pero regálale a Vivaldi- el bufó mientras escondía una sonrisa -espera que voy a buscar papel de diario y un trapo para esto- rápidamente la castaña fue a buscarlo.
No notó hasta que se vio al espejo, que no estaba vestida igual que la noche anterior, no tenía sus pantalones y solo llevaba una camisa grande de él, inconscientemente se sonrojo, fue hasta su habitación y se puso un short corto de licra negro, luego de eso volvió.
-ten, envuelve el vidrio en esto- el rubio hizo lo que le dijo, ella comenzó a secar el piso, un rato más tarde ya habían terminado de limpiar todo el desastre.
-te cortaste?- él se agachó a mirar con detenimiento sus piernas.
-n-no- internamente se golpeó por tartamudear.
Katsuki igualmente la revisó, cuando comprobó que no tenía nada, asintió y se levantó, Ochako fue a ver qué había traído el rubio.
-Bakugo- el hombre hizo un sonido desde su garganta mientras buscaba una sartén para hacer los huevos -por qué estoy vestida así?-
-accidentalmente anoche te tire vino mientras me levantaba del maldito piso, por lo que te tuve que cambiar. No quería ver tus cosas y estaba cansado, entonces te puse mi camisa- la chica asintió.
-mmm...- no dijeron nada más.
Prepararon el desayuno en silencio, y tal como la noche anterior se sentaron frente a frente, a ninguno de los dos le gustaba tal incomodidad.
ESTÁS LEYENDO
Vinilos Y Disparos
Fanfic¿Que sucedería cuando dos viejos conocidos de reencuentran? No tienen nada personal en común, no son adolescentes, no deben dejar de lado sus obligaciones, se soportaron toda su vida, la rivalidad nunca los abandonó. Entonces... ¿por que ya no sie...