𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠

Capítulo 4

Shaoran:

Una semana, ese es el tiempo que he evitado ver y buscar a Sakura junto con Liang. Esa joven amiga suya me ha enviado mensajes pero he ignorado todos.

He tomado la decisión de volver a China, a mis responsabilidades, mis reuniones y juntas aburridas, cócteles, cenas y eventos donde debo aparentar con una sonrisa falsa que todo lo que me rodea es gracias al linaje donde nací.

Los Li.

Frunzo el ceño, por estar de adolescente con las hormonas aceleradas es que he descuidado mis empresas y claro el gran amigo que tengo me lo ha recordado con todos los mails que me ha enviado diario a mi correo electrónico.

Sonrió por ello, si no fuera por él y por mi prima Meiling no hubiera podido salir adelante después de lo que pasó con Miyari. Ellos dos saben cómo fue mi relación con ella.

Después de haberme mandado un correo electrónico donde me restregaba lo que hizo es que no volví a saber de ella. Y la verdad es que a lo mejor si la tengo frente a mi nuevamente no sabría cómo enfrentarla y lo que es peor, tengo un carácter muy impulsivo y tal vez no podría controlarme.

-Necesito que vengas-le llamo a la cabeza de mi séquito de guardaespaldas.

-Enseguida señor-cuelga y me estiró en la silla donde estoy contestando los correos que Eriol me ha enviado.

Los toques a la puerta obligan a que me levanté, el tremendo tipo de un metro noventa de estatura, cabellos oscuros y ojos castaños me reverencia.

-Dígame señor-me reverencia.

-Prepara todo para regresar a China-le ordeno-. Debo volver a trabajar.

-Sí señor, cuando el avión esté listo se lo haré saber-me reverencia y se retira.

Suspiró a la par que cierro la puerta. No sé si deba buscarla para despedirme. Pero si la veo de nuevo tal vez mi fuerza de voluntad me haga tambalear.

Muevo mi cabeza, es mejor que no se entere, además desde un principio me dio a entender que me quería lejos. Cada vez que pienso en ella mi corazón late con fuerza pero a la vez me duele.

También está su hija, ese bello angelito que me ha robado el corazón desde el primer instante que la ví. Pero es mejor tocar el fondo y alejarme de las dos.

-Señor, no podemos salir de Japón aún-la llamada de Taro me intriga.

-¿Qué pasa?-respondo ansioso.

-Su madre quiere que se comunique con ella, es urgente-menciona.

Arrebolo los ojos, si ella quiere que la llame es seguro que quiere que me reúna con algún socio de este país. Suspiró derrotado, después de cortar la llamada me dispongo en llamarla.

-Hijo-me saluda-. Estas por regresar, se supone que estarías fuera por un mes.

-Asi era madre pero he recibido unos correos que son de mi entera urgencia volver, es por ello que este viaje será cancelado-en parte es cierto para lo más importante es que estoy huyendo de unos ojos verdes que me han dejado como un imbecil y de una bella bebé que es la más dulce y tierna de todas-. Mañana deseo estar allá.

-Deseo que te quedes un par de semanas más-me jalo los cabellos con fuerza dando vueltas en la habitación-. Necesito que cierres un contrato importante con los Daidouji, ya que estás allá no perdemos tiempo.

-Madre ese negocio es suyo ¿No sería razonable que usted lo haga?-contesto de mal humor.

-Recuerda que mi legado pasará a tus manos siendo mi único hijo, por esa razón los socios de Li Corporations, deben conocer al líder de Li SAC-me rindo ante eso.