Capítulo 23

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El corazón de Nina está latiendo con desenfreno, a cada paso que se va acercando a Eizan es de un latido que le pertenece por completo a él. La lluvia es muy fuerte y ya está empapado de pies a cabeza.

Verlo así hizo que su corazón se ponga muy mal, verlo frente a ella la pone sin saber que decir pero tampoco no puede dilatar el tiempo, él debe entender que a pesar que lo ame no encaja en su vida, además su hijo siempre será lo primero antes que todo.

—¡¿Está loco?!—dijo en un tono desesperado—¡Se va a enfermar estando así!

—Solo quería verte y cerciorarme que estabas bien—eso puso pálida a Nina—. Te estuve siguiendo todo el tiempo, cuando llegaste a tu casa y también cuando saliste con tu bebé en brazos¿Tienes problemas verdad?

—No es asunto suyo—esquivo su mirada—. Si he salido de la casa es para pedirle que se vaya, tome un baño de agua caliente y abríguese.

—Sé todo de ti Nina—la joven abre los ojos muy sorprendida—. Te estuve siguiendo sin que lo notes y no me arrepiento, tu madre es una mujer muy intensa y todo este tiempo te ha tenido sometida a sus caprichos, te estuvo castigando por haber tenido un hijo.

—¡Ya callese no siga!—sus lágrimas salen sin control y eso para Eizan es como una daga incrustandose en su corazón—¡No tenía ningún derecho de hurgar en mi vida e intimidad!

Baja la cabeza, no quiere que la vea vulnerable y con poder sobre ella. En ese momento siente una mano en su hombro, levanta la vista y sus ojos azules son tan cristalinos que por un momento se conmovió y sintió una electricidad atravesando su cuerpo.

—Nina yo…—una tos acompañada de un resfrío no dejaron  que termine lo que quería decir, eso a la joven le preocupa.

—¿Se encuentra bien?—preguntó con la mirada preocupada, la lluvia está empezando a ser más fuerte además los truenos que lo acompañan son incómodos—. Por favor hágame caso, váyase y…

La respiración de Eizan es muy acelerada, además sus mejillas están demasiado coloradas y si no se sostiene del auto es un hecho que terminará en el pavimento. Sakura en ese momento se da cuenta de la situación rápidamente abre la ventana de la casa y le pide a Nina que lo ayude a entrar.

—¡Necesita ayuda!—grito ella, Nina rápidamente sin importarle mojarse lo abrazó con fuerza y a duras penas entraron a la casa—¡Por los dioses está ardiendo en fiebre, rápido pon agua en la cocina para que con compresas de agua caliente podamos bajarla!

—¡Necesitamos sacarle la ropa Sakura!—menciona Nina mordiendo sus labios viendo al hombre que ama de esa manera, a esas alturas Eizan ya no está consciente de nada—¡Llamaré al hotel y pediré ropa prestada, tengo confianza con la señora que lava la ropa!

—De acuerdo—respondió la joven, logró quitarle la chamarra junto con la playera blanca confirmando lo empapado que se encuentra, lamentablemente no se siente capaz de quitarle los pantalones y pedirle a Nina sería muy incómodo y complicado para ella también.

En ese momento un auto se estaciona fuera de la casa, antes de ver de quién trata fue a ver a los pequeños que afortunadamente están entretenidos en la televisión y no han escuchado nada del laberinto que se suscita fuera de ahí.

Nina se acerca y le confirma que la señora no está disponible en ese momento y lamentablemente la persona que está en ese turno es desconocida para ella. La puerta de la casa es tocada y al abrir Sakura se sorprende al ver que es Shaoran y tras él Eriol.

—¡Shaoran!—gritó sin darse cuenta que hizo un escándalo sonrojándose por ello—. Lo siento.

—Se nota que me has extrañado mi amor—la abraza correspondiendo a ese olor tan familiar de él que ya empieza a acostumbrarse, se sueltan y se da cuenta que Nina está ahí también—. Lo siento, no te vi.

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora