Capítulo 11

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Sakura:

Estoy en shock, parpadeo incrédula y con el corazón queriendo salir de mi pecho, veo a esa mujer que está más blanca que una muerta, y él está tan firme en lo que ha dicho que no sé si desmentirlo.

Siente que estoy por moverme pero me inmoviliza fuertemente pero sin dejar de mirarla a ella, esa mujer mueve su cabeza en señal de negación, y yo quiero tomar a mi hija e irme de ahí, con esto ella se ensañara más conmigo¿Como ha sido posible que él haya inventado esto, es que acaso no pensó en las consecuencias?

—¡Mientes, esa niña no puede ser tu hija!—su rostro está muy feo y con la respiración acelerada—¡Tú madre lo sabría!

—No tengo que darte más explicaciones Tomoyo, es suficiente con lo que te acabo de decir—su semblante es tranquilo y eso me aterra—. Ahora que sabes que estas dos mujeres son la razón por la que estoy en este lugar, será mejor que te vayas.

—¡Digas lo que digas, hagas lo que hagas, tu madre jamás aceptará a esta mujer!—paso saliva, soy consciente de ello y Shaoran ha hecho algo que no sé cómo desmentir—¡Eres una maldita bruja, como fue que envolviste a Xiao-Lang, mírate no eres más que una…!

—¡Cuida tus palabras Tomoyo, no hagas que me olvidé que eres mujer!—su voz es tan imponente que me quedo fría y su aura de ser tranquila ahora está furiosa—. No sigas entromentiendote en mi vida, y en la de mi familia¡Ahora vete de acá!

Levanta el mentón furiosa, me da una mirada que me escarapela el cuerpo y se va sin vernos otra vez, él acomoda a Liang que sigue dormida y me mira con intensidad. Me sonrojo por ello, trato de abrir la boca pero nada sale de mi.

—Lo siento si te hice sentir incomoda—confiesa mirando a mi hija que se acurruca en sus brazos, como si de verdad fuera su papá—. Pero...no me arrepiento de lo que dije.

—Shaoran yo…

—Sakura si le dije eso a esa mujer no fue solo para alejarla, también lo hice porque esto es lo que quiero en realidad—parpadeo perpleja—. Quiero ser un padre para Liang y un compañero para ti.

Mi corazón está muy acelerado, su sonrisa dulce junto con sus ojos ámbar brillando me gritan que deje mis temores e inseguridades y le de una oportunidad, pero recuerdo que es un hombre poderoso, comparado conmigo no soy nada a su lado.

Me levanto de su lado dejándolo aturdido y algo triste, suspiro con fuerza y le digo lo que mi cabeza piensa ya que mi corazón no puede abrirse hacia él, si lo hace estaré perdida para siempre.

—No debiste decirle eso a la señorita Daidouji, está enamorada de ti—me mira confundido—. Será mejor que nos veamos lo menos posible Shaoran, no puedo aceptar lo que me pides.

—¿Porqué?—se levanta también y me mira fijamente—. Porqué sigues empeñada en alejarme de tu lado¿Tanto daño te ha hecho el padre de Liang?

Eso me deja pasmada, él sigue mirándome fijamente pero sus ojos me muestran decepción y tristeza, paso saliva y no sé qué decirle, bajo la mirada, escuchar que menciona a Tai aún es un tema doloroso.

—Es hora de irme—tomo a mi hija en mis brazos pero empieza a llorar, frunzo los labios en señal de resignación—. No quiero seguir abusando de tu y de tu amabilidad.

—¿Eso crees, que soy amable nada más?—aprieto los labios con impotencia—. Te llevaré a tu casa, luego me iré.

Lo seguí y en todo el camino ninguno dijo nada, al llegar a mi hogar, acomodo a Liang en su cuna, vio la casa como analizando y eso me ponía más nerviosa, intente invitarle una taza de té pero me rechazo, eso me dolió, al salir de la casa solo me miró con los ojos algo complicados, mordí mi labio inferior, quería decirle muchas cosas pero mis inseguridades no me lo permitieron.

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora