Shaoran:
Está es la primera vez que me siento tan decidido en mi vida. La veo y siento que no la reconozco, su belleza sigue siendo cautivante pero que a mí nunca me atrajo. Hasta ahora me pregunto cómo ha sido posible que esa noche la haya tomado como mujer y por consiguiente quedar embarazada de mi hijo.
Un hijo que en este momento tendría casi la edad de Liang. Un hijo que fue mi felicidad y estaba dispuesto a dar todo por él o ella. Pero que su madre destruyó en poco tiempo. Este sentimiento que ella creo en mí por la culpa de asesinar a mi bebé, ese bebé que era todo para mí.
Si alguna vez tuve algo de consideración y estima ahora solo siento desprecio y asco hacia su persona. Su sonrisa hipócrita me obliga a seguirle el juego. Un juego que está noche jugaré yo y ella será mi peón. Doy una vuelta por todo el lugar y en la puerta la veo. Mis ojos ámbar se iluminan por la belleza que está entrando tomada del brazo de su padre.
Sakura está mirándome fijamente sin darse cuenta que a mi lado está el único obstáculo que nos impide ser felices porque a mí madre no la veo como eso. Al final tanto ella como mucha gente sabrán la clase de porquería que es Miyari Hang.
El vestido de mi amada es espectacular y maravilloso así como lo es ella. Es blanco con un escote corazón llegando hasta sus rodillas, su cabello está levantado en un exquisito moño adornado con piedras preciosas y sus ojos, esos ojos que me volvieron loco desde el primer instante que los vi están brillando por la emoción y los nervios de estar ahí.
—¿Viste Xiao-Lang?—interrumpió la voz de Miyari—¿Esa mujer es por la que me rechazaste? Mírala está bien acompañada de un hombre que puede ser su padre.
—No sabes lo que dices?—respondí sin dejar de ver a la mujer que tanto amo.
—¿Eres ciego o que?—esta vez le doy la cara y los ojos están a punto de degollarla viva—. Es una desvergonzada ¿sabías que estaba siendo una dama de compañía y por eso ahora tiene lujos y comodidades?
—Cuidado con lo que dices Miyari—respondí levantando un poco la voz, en ese momento mi madre está llegando y sin que pueda evitarlo se ve cara a cara con el padre de Sakura que la tiene de su brazo, eso significa que el momento tan esperado al fin se hace realidad, ignorando a Miyari me posicione en el estrado principal mirando a todos los invitados. Mi madre solo le da una mirada de desprecio a Sakura antes de acercarse a Miyari y tomarla de la mano significando que la respalda a pesar de todo—. Sean todos ustedes bienvenidos a esta cena de gala de parte de las empresas Li S.A.C. Está noche no solo es para dar a conocer los detalles sobre los balances y costos que cada socio ha dado, también es para dar un anuncio muy especial.
Busqué la mirada de mi amada pero está incómoda, veo hacia donde está dirigida y mi madre con Miyari le están lanzando miradas terribles. Fujitaka Kinomoto la aleja de ahí y juntos se sientan en una mesa exclusiva que pedí para ellos. Más allá están Eizan, Lenin y Meiling. Y en otra mesa está Tomoyo con su padre. La sonrisa que me brinda Lenin y compañía es porque me apoyan y están deseosos de ver a Miyari caer en desgracia.
—Antes que nada deseo que sean partícipes de mi más grande dicha—todos murmuran y mi corazón ya no soporta más—. Quiero confesar que estoy locamente enamorado de la mujer más maravillosa de todas, desde que la conocí mi vida fue de un color diferente, uno donde me sentía triste y vacío por culpa de otra mujer que me desgració la vida hace más de dos años atrás.
Mi vista se centra en mi madre y en Miyari que están con rostros diferentes. En la primera confusión y consternación y en la segunda palidez y nervios. Eso era lo que quería lograr.
—Quiero que está noche todos sean testigos de mi amor por ella—seguí hablando esta vez mirando a la única mujer que me hace dichoso—. Sakura ven mi amor.
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𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠
FanfictionSola y con un pasado del cual quiere huir y olvidarse, Sakura llega a Tomoeda a empezar desde cero con una pequeña de un año de nacida. Ser madre soltera no es nada fácil pero no imposible ¿algún día será realmente feliz? ¿Podrá realizarse como muje...