Capítulo 64

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Shaoran:

A pesar de todo mi esfuerzo no encuentro a Sakura, el tiempo está dándome la contraria y lamentablemente tendré que decirles la verdad a sus padres. Estoy con Eriol y Lenin dirigiéndonos al último punto donde el celular de mi amada fue activado, pero al llegar solo era un bote de basura junto con un paisaje tétrico.

Es un claro hecho que ese hijo de puta ha eliminado la pista de Sakura para así no poder dar con ella, pero no sé imagina que conmigo nada es imposible y por ella así como por Liang soy capaz de cualquier cosa.

—Te juro que se refundira en la cárcel Xiao-Lang—comenta Lenin mientras voy manejando, él junto con Meiling van en los asientos traseros—. Ese infeliz me debe muchas cosas y se las voy a cobrar.

—Primero debemos asegurar la integridad de Sakura—comentó mi prima que a pesar de no demostrarlo, sé que está preocupada también—. Después hagan lo que quieran con ese tipo.

—Es inconcebible que no se pueda dar con él—expresó Eriol mirando al frente—. Todo estaba fríamente calculado, ese tipo es un zorro.

—Creeme que así es—respondió Lenin con seriedad—. Es su sello personal.

Solo oigo todo lo que hablan y el coraje junto con la ira incontrolable se apodera de mí, tanto que empiezo a apretar el volante con fuerza, una mano en mi hombro me toma desprevenido. Eriol me mira con seriedad y decisión, esa que lo hace un buen controlador de sus emociones. Él es quien me ayuda a tomar la prudencia y a recuperar la cordura. Mi nivel de impulsividad es tan grande cuando se trata de las dos mujeres más importantes de mi vida que soy capaz de hacer cualquier cosa.

Un móvil está sonando, al ver que se trata del mío les pido a todos con una señal mantener el silencio. Cuando conteste al fin lo que tanto esperaba se hacía realidad:

—Encontramos a la señorita Kinomoto.

—Mandame la ubicación ahora—ordene con mis emociones algo inestables—. Ahora voy para allá y asegúrate de que la policía llegue ahí pero no sin antes darle yo su merecido.

Después de colgar todos me observan con ascuas. No sé si pueda mantener mi control estable, más aún si esa basura la ha lastimado.

—Será necesario que le digamos al señor Kinomoto sobre esto—habló Eriol con seriedad—. Lenin y tú pueden ir a enfrentar a ese infeliz.

—Muy bien—respondí—. Procura que no se angustie tanto y evita que salga de su casa.

Con esa advertencia salió del auto y subió al otro que ya un subordinado esperaba por él. Definitivamente ese cabrón también tiene sus reservas. Le doy a Lenin la ubicación del lugar donde está Sakura y me sorprendo al saber que está fuera del área metropolitana. Ahora entiendo porque no la pudimos encontrar.

—Es un área llena de bosque—explicó Lenin observando el celular—. Estoy seguro que es la propiedad que mi padre tenía olvidado en esta parte del país.

—¿Acaso no me dijiste que tú padre casi no venía a este país?—pregunte extrañado.

—Alguna vez mamá me contó que esa propiedad fue despojada de un ex socio de él por deudas, siendo lo único que le quedaba fue cedido como parte del pago—no dije nada y continúe en el camino hacia donde estaba la mujer que amo.

—Meiling quiero que estés con mi madre—ordene, su rostro es un poema—. Solo es cuestión de tiempo para que se sepa que Miyari quiso matar a su padre y eres la única que puede estar con ella. Además no es bueno que te expongas con nosotros.

—Creo que olvidaste mucho de mí—reclama como niña pequeña—. Soy cinturón negro en karate, además sé muy bien usar las armas.

—Lo sé pero es mejor que…

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora