Miyari entró sigilosamente a la casa después de estar casi cuatro horas fuera, viendo que no hay nada ni nadie fuera de ella está por llegar a su habitación cuando las luces del recibidor se encienden poniendo pálida a la joven. Pero lo que más la perturba son unos ojos negros que la miran insondable.
Se levantó con elegancia y distinción hacia ella haciendo que Miyari retroceda un poco, su corazón está a punto de salirse de su pecho por culpa de su intromisión y claro por sentirse descubierta. Surco una sonrisa después de controlar sus emociones y acomodando su cabello logró articular palabras:
—Señora—saluda sin dejar de sonreír pero muy nerviosa—. Pensé que estaría descansando.
—¿Se puede saber dónde estuviste Miyari?—el corazón de la susodicha está delatando su culpa—. Es muy tarde para que una señorita decente esté fuera de casa.
—Bueno, es verdad que es muy tarde pero lo que pasa es que no podía conciliar el sueño y salí a dar una vuelta—respondió con simpleza—. Hay un parque cercano por aquí que me hizo despejar la mente.
—¿Y para eso te vestiste así?—señaló su ropa que consiste en un vestido corto y pegado a su cuerpo, su cabello suelto y algo de maquillaje, además de zapatos de tacón, si solo fuera a dar un paseo y tomar un poco de aire estaría con ropa cómoda—¿Que tienes en esa bolsa?
Miyari olvidó dejar esa capa negra en un bote de basura que está fuera de la casa. Pero no imaginó que Leran estaría esperándola y mucho menos que caería en este predicamento donde si no controla sus emociones será completamente delatada.
Ese día después que salieron del hospital y después de decirle a la mujer que haría un último esfuerzo para conquistar a Shaoran, Leran le advirtió que haga de todo para su cometido pero solo con una exclusiva condición:
No toques ni un solo cabello de Sakura Amamiya.
Leran no es tonta, a pesar que su hijo haya perdido más de diez años de su vida su corazón reacciona ante ella y si se entera que ella o Miyari atentan contra la joven de ojos verdes estarán perdidas y tendrán que soportar la furia del gran Li Shaoran.
Ella no creía que la fuerza del corazón podría ser mucho más fuerte que la cabeza. Ahora con su hijo siendo un caso cercano es que lo comprueba. Además si me muestra a su hijo un carácter accesible y nada forzado puede que lo haga regresar a China bajo su propia voluntad.
—Esto es…—Miyari trata de buscar una respuesta pero es inútil, la mujer trata de quitarle la bolsa pero es inútil, la palidez y temor de la joven son muy notorios—. Es un suéter que me puse pero había en el parque un grupo de muchachos jugando fútbol y la pelota cayó encima mío arruinándolo.
—Entonces dámelo para que la empleada lo lave—responde queriendo quitarle nuevamente la bolsa pero Miyari niega con rapidez haciendo que Leran entrecierre los ojos.
—Descuide yo misma lo pondré en el cuarto de lavandería—bosteza con la intención de salir de ese momento tenso—. Me voy a dormir señora, que tenga buena noche.
Antes que Leran diga algo la joven ya se había marchado, eso para la mujer de ojos negros fue muy extraño. Desde que Shaoran salió del hospital le dejó claramente dicho a ella y a Miyari que no se metan en sus asuntos, que seguirá tomando y cuidando de su salud y que a la par se pondrá al corriente de sus cosas. Como lo son sus empresas y para ello contactó a Eriol haciendo que ambas mujeres se pongan nerviosas.
Es bien sabido para las dos que Eriol no es sólo socio de Shaoran, es más que eso y es por ello que temen que el de lentes diga algo que las perjudique o dañe la salud del joven chino. A pesar de que Leran ha advertido a Eriol bajo una amenaza este no le teme y es lo que irrita a la mujer. Además ha estado llamando constantemente a China para tener vigilada a su sobrina.
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𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠
FanfictionSola y con un pasado del cual quiere huir y olvidarse, Sakura llega a Tomoeda a empezar desde cero con una pequeña de un año de nacida. Ser madre soltera no es nada fácil pero no imposible ¿algún día será realmente feliz? ¿Podrá realizarse como muje...