Capítulo 42

415 44 7
                                    

Sakura:

Si no fuera porque tengo a mi bebé en mis brazos hubiera caído pesadamente, frente a mí después de más de dos años la vuelvo a ver, está igual a como la deje esa tarde horrible donde me persuadió para abortar a Liang. Las cosas se salieron de control y por el temor a que le pase algo a mi bebé tome lo poco que tenía y salí del pequeño lugar donde vivíamos.

Escuchaba que me llamaba pero no era un llamado angustiante, al contrario lo sentí amenazante haciendo que no voltee a verla nunca más. En todos estos años ha habido momentos que quería que esté a mi lado, empezando por el día del nacimiento de Liang. Estaba sola en el hospital con mi bebé en mis brazos. Teniéndola en mis brazos juré que no permitiría que le falte nada, estaba decidida a hacer de todo por y para ella.

Si no hubiera conocido a Haruka y su madre no sé qué hubiera sido de mí en todo el proceso de embarazo. Llegué a Tomoeda con el poco dinero que tenía, esa noche pensaba pernoctar en el parque pingüino pero como si los dioses me cuidarán Haruka y la señora Hally pasaban por ahí y al verme sola en una banca del lugar me hicieron conversación.

Estuve reacia al principio en conversar con ellas pero la sonrisa amistosa de Haruka no me ayudó mucho. Al preguntar mi nombre y porque estaba ahí decidí ser sincera y contarles mi historia. Además en el fondo lo hice para ver si conocían algún lugar donde quedarme y trabajar. La señora Hally me acogió como una hija más, me llevó a su casa y desde ese día esas dos mujeres se convirtieron en mi única familia.

Veo a mi madre y aunque tengo resentimiento con ella, verla sorprendida y a punto de llorar no tuve el corazón para ignorarla. Se soltó de Eizan para acercarse y convencerse que soy yo. Es una sorpresa repentina darme cuenta que trabaja en esta casa. Es la ama de llaves que Nina me contó la noche anterior.

—Sakura—habló con sus ojos verdes cristalizados y pasando saliva constantemente—. Hija mía.

—Hola madre—respondí con mis emociones bajo control pero no sé por cuánto tiempo más aguantaré no llorar en su frente—. Tanto tiempo.

Se da cuenta de la forma como le estoy hablando, es cierto que me alegra verla después de varios años, pero eso no quita que esto que siento por ella sobre la vida de mi bebé sea tan rencoroso. Miró a Liang impactada, no es necesario decir que esa bebé es la que trató de matar. Mire a Eizan y Nina con los rostros tranquilos, por un momento me aturdió, pero sacando mis conclusiones es que Eizan sospecho desde el primer instante que vio a mi madre que somos madre e hija. Tenemos el mismo rostro, a excepción del cabello.

—Me va a disculpar pero debo irme—estoy siendo grosera lo sé pero no puedo evitarlo—. Eizan por favor vámonos.

—Sakura espera…—ella trata de acercarse pero subí al auto con rapidez sin mirarla una vez más, si lo hago no me voy a contener y terminaré llorando—¡Hija por favor necesitamos hablar!

Su voz es tan desesperante que gire a verla y sus ojos me gritan que es importante. Liang la observa con detenimiento y con algunas sonrisas. Suspiré con fuerza, no podía quedarme a hablar con ella en ese momento, el Señor Kinomoto me espera y no quiero causar una mala impresión.

—Para el fin de semana podemos verlo—respondí de manera fría—. Nos vemos.

Subí las ventanas para que no vean cómo es que su repentina aparición me ha calado hondo. En todo el camino fui abrazada de mí bebé, sentir su olor de bebé me calmó tanto que al llegar a la casa Kinomoto estaba más tranquila. Baje del auto con mi bebé en brazos, el señor Kinomoto me esperaba en la entrada de la casa poniéndome roja de la vergüenza. Por un momento sentí que llegara como una huesped y no ha trabajar.

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora