Capítulo 6

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Sakura:

Estoy fuera de la casa de Haruka, contando mentalmente y tratando de tranquilizarme, no quiero que me vean enojada y frustrada.

Llamo a la puerta y escucho pasos acercándose, todo el vecindario aún está en silencio, al abrir la señora Hally toda adormilada me recibe solo con verme abre sus ojos y me ofrece entrar.

Solo con verla estoy que deseo con todas mis fuerzas llorar en su regazo pero soy tan orgullosa que no me lo permito, contrario a eso le demuestro una gran sonrisa.

—¿Cómo te fue en tu primer día cariño?—me sirve una taza de café que acepto con algo de pena, mis pies están tan ansiosos que no puedo dejar de moverlos.

—Pues me fue bien pero...—no puedo ni quiero decirle que me echaron por según ellos tratar mal a una huésped, eso sería como traicionar a mi orgullo—. Decidí no volver más, es un trabajo muy cansado, además extrañe mucho a Liang.

Ella me observa con fijeza, mi rostro se calienta por la vergüenza, a veces que se parece tanto a mí madre esa mirada que me da es la misma que me brindaba cuando descubría una mentira.

—¿Qué hiciste muchacha?—se cruza de brazos suspirando rendida, en ese momento Haruka también sale de su habitación—. Con quién discutiste.

—¡Le juro que no discuti con nadie, pero ganas no me faltaron de agarrar a una mujer de los cabellos y trapear el piso de todo el hotel con ellos!—mi enojo es tan grande que ambas me observan con desaprobación.

—Sakura eres tan impulsiva—Haruka me da una mirada de molestia, arrebolo los ojos por ello, a pesar de haberme ido de ahí cantando unas cuantas verdades a Ayla de esa mujer no me arrepiento.

—Lo siento pero no soporto las injusticias y eso es lo que han hecho conmigo, intenté ser amable con ella pero empezó a humillarme y no se lo permití.

—Y tanto que pensé que sería un excelente trabajo para tí—veo el rostro de Haruka decepcionado en el fondo me siento mal por ella.

—Prometo conseguir algo hoy, no voy a defraudarlas—digo con solemnidad.

—Se amable y cuida tu lengua—mascullo algo que no escuchan, odio que me digan que me controle cuando es imposible hacer eso.

Después de desayunar me voy a buscar el periódico en la esquina del mercado. Estoy caminando tan distraída cuando me choco con algo, o más bien alguien.

—¿Se encuentra bien?—Un hombre me ayuda a levantarme, lo reconozco al instante, es el mismo que me contrató.

—Si gracias—respondo alejándose con rapidez—. Disculpe debo irme.

—Espere señorita—freno con dificultad y una mueca se forma en mi rostro—. Es usted Sakura ¿Verdad?

Volteo con lentitud, en sus ojos hay tranquilidad y mucha calma. Lo enfrento si piensa reclamarme por haber según él tratar mal a su huésped berrinchuda está muy equivocado.

—Si soy yo—respondo con brusquedad—. De seguro que ya sabe que salí...más bien que me sacaron del hotel por una mujer malcriada que por tener dinero y pagar un soborno tiene el control y despide a los empleados que no le caen bien—el hombre me mira con asombro, al parecer o no está enterado o me estoy pasando yo con mi trato—. Solo tuve una noche de práctica señor, no soy una persona grosera pero su huésped deja mucho que desear.

—Estoy enterado de todo—eso no lo esperaba—. La señorita Ayla fué despedida a la primera hora de la mañana al comprobarse el abuso que se cometió con usted.

Mi boca de seguro llega al suelo, al menos se hizo justicia, pero esa mujer seguirá en el hotel como si nada. Pero lo que más me molesta es que está al lado de Shaoran.

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora