Capítulo 13

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Sakura:

Sus labios son perfectos y dulces, cuanto he querido besarlo desde el primer instante que lo ví. Ahora que esto está haciéndose realidad empiezo a temer, temo que esto sea efímero, que algo o alguien lo arruine, la imagen de la señorita Daidouji se dibuja en mi cabeza, seguimos navegando en ese beso que se está convirtiendo en lo mejor de mi vida.

Sus ojos ámbar están con un hermoso brillo que me atrapa como un imán, sonrió encima de sus labios y siento que estoy en un sueño que no quiero despertar.

—Sakura—susurro encima de mis labios mordiéndolos ligeramente—¿Aceptas ser mi novia?

—Si—respondí, al diablo con mis temores e inseguridades—. Acepto ser tu novia.

Dio un grito de júbilo levantándome entre sus brazos y girando como locos.

—¡Dioses es el mejor día de mi vida!—su alegría me contagia—. Te prometo que te haré inmensamente feliz, no solo a ti también a Liang.

—¿De verdad quieres mucho a mi hija?—piensa en ella y sus ojos se iluminan, mi corazón acaba de darse cuenta que él quiere a mi bebé cómo si fuera su verdadero padre.

—¿Me creerás si te digo que la amé desde el primer momento que la vi esa noche que casi las atropello—claro que lo recuerdo—. Desde ese momento quedé prendado de madre e hija. 

Solté una risilla fresca, sus labios vuelven a besarme y está vez le correspondí con mucho más candor y pasión. Sus manos se pasean por mi espalda y cintura despertando sensaciones que hace tiempo no sentía. Se da cuenta y se detiene.

—La cena se va a enfriar—cambie el tema apresuradamente—. Siéntate.

Me escabullí de sus brazos y de reojo lo veo que está sonriendo con esa sonrisa de medio lado que reconozco que me encanta. Cenamos en perfecta armonía, me contó que el señor Kinomoto es un buen sujeto pero hoy le pasó algo inesperado y triste.

—Su madre está con cáncer terminal y se acaba de enterar que tiene una hija—abrí los ojos sorprendida—. Al parecer lo engañó de la peor manera y no solo a él sino también a la madre de su hija.

—Siento lástima por él—respondí sintiendo empatía por ese hombre—. Espero conocerlo alguna vez.

—Mañana habrá una fiesta de cóctel que él está organizando¿No te gustaría ir conmigo?—suena muy divertido, pero lo divertido significa también gente estirada y que solo hablan de dinero, viajes y negocios, siendo de una condición humilde jamás voy a encajar en ese ambiente.

—No sería una buena idea—decliné su oferta llevando los platos al lavadero—. Además la señorita Daidouji es tu acompañante, aunque no quieras ir con ella.

Siento que se levanta y me rodea con sus fuertes brazos. Siento que me gusta y puedo acostumbrarme a esto. Su olor masculino me aturde y siento que podría acostumbrarme a esto.

—Entiendo—pone su cabeza encima de mí hombro—. Podemos ir a comer a la hora que sales de tu turno ¿qué dices?

—Me encantaría—me da un beso rápido para alejarse y terminar de acomodar las cosas—. Ya es tarde, deberías irte.

—¿Y si me quedo está noche contigo?—gire con los ojos muy abiertos—. Liang no está y podemos dormir juntos.

—No creo que sea lo correcto, llevamos recién un par de horas de novios—siento mis mejillas arder pero para él es divertido—. Shaoran no se vería bien si te quedas, está calle es un poco transitable en el día¿Que pasaría si te vieran saliendo de aquí, al día siguiente?

𝐸𝑛𝑙𝑎𝑧𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑉𝑖𝑑𝑎𝑠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora