Mi Psicólogo. (Sebastian Stan y tú). 1

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Íbamos de camino a casa.
Papá me había recogido del aeropuerto, Shawn y Rebeka se había ido con sus padres al igual yo.

Papá iba manejando y yo en el asiento de enfrente.

Papá: Y... ¿Me vas a contar como te fue?.
Yo: Ay pa... ¡Fue increíble... Me la pasé genial con!....

En ese momento iba a decir el nombre "Sebastian" pero puse los pies en la tierra y me concentre.

Yo: Con mis amigos...

El me miró con una sonrisa confusa.

Papá: Me alegra mucho hija, veo tu carita de que no querías regresarte ¿Verdad?.
Yo: No... Ja... No...

El se rió y me volvió a sonreír.

Papá: Creo que te hacía falta algo de esto, te veo muy cambiada... Es decir, sonríes más.
Yo: Si, esto me ayudó mucho... Hicimos cosas demasiado fantásticas.

Le conté a papá cada cosa que habíamos hecho Sebastian y yo, pero de manera que se viera que las hice con mis amigos, obviamente.

Papá me acarició el hombro.

Yo: ¿Y como te fue a ti en Canadá?.
Papá: Ah, bien ya sabes lo mismo de siempre.

Yo suspiré.

Yo: Debe ser agotador tener un trabajo como el tuyo ¿No?.
Papá: Si, pero... Vele el lado bueno tienes una casa en Miami para poder ir de vacaciones con tus amigos.
Yo: Jajaja... Si...
Papá: ¿Y has pensado sobre la universidad?.
Yo: ... Pues, de hecho los chicos y yo estuvimos hablando de eso y... ¿Si me dejarías ir a la universidad que yo elija verdad?.
Papá: Ja, claro cariño, mientras estudies yo te daré millones de oportunidades.

Le sonreí a papá.

Papá: ¿A cual universidad quieres ir?.
Yo: Pues... Me gustaría la NYU de Nueva York...

Sinceramente esperaba otra respuesta de papa cuando le pregunté que si me dejaría ir a la universidad que yo elija, ya que a mí hermana jamás la soltó, y a mi hermano literalmente le organizo toda su vida, papá había elegido toda su carrera.
Y me sorprendía el hecho de que me diera total libertad en esto.

Papá: ¿La NYU? ¿De verdad cariño? Wow, ¿Sabes quién quería estudiar ahí?.
Yo: ¿Quién?...
Papá: Tu madre...

Ay dios, sentí una pulzada en el corazón, y en ese momento me dije a mí misma que tenía que ir a esa universidad si o si.

Yo: ¿Es enserio?...
Papá: Si, pero tú abuelo tenía influencias y fue a Berkley.
Yo: Bueno, con más razón iré a New York.
Papá: Claro que sí cariño, sabes que yo te apoyaré siempre en lo que decidas... Es una promesa.

Sentir el apoyo incondicional de mi padre era como sentir que te daban el cielo, mi padre era de esos hombres que tenían la avaricia de controlar a las personas, incluida a su familia, y como lo diré de nuevo eso hizo con mis hermanos, pero no conmigo.
Y tenía la curiosidad de del porque, pero tal vez lo sabía... Tal vez porque era la única persona en el mundo que le quedaba literalmente y no quería perderme.

Pero también tenía otra pregunta ¿La promesa del "te apoyaré siempre en lo que decidas" tendrá cupón válido para amar a Sebastian? ¿Me apoyara en eso? ¿Estará de acuerdo cuando le diga la verdad?.
No tenía ni la más puta idea, supongo que iba a descubrirlo hasta que le dijera toda la verdad.

(...)

Caminamos un poco en el parque.

Yo: Papá, Enserio ¿Porque no me dejas tener un perro?.
Papá: Ya lo hablamos, se hacen popo, rompen cosas y son muy inquietos... No quiero ver popos por todas partes.
Yo: Pero papá, se educan.
Papá: Si pero tardan años y no es mi última palabra.
Yo: Pero...

El me interrumpio.

Papá: ¡No! Dije que no.
Yo: Eres muy malo.

Nos reímos.

El me abrazo por la espalda y me dio un beso en mi cabeza.

Yo: Papá...
Papá: Dime.
Yo: ¿Porque me das... Tanta confianza como no lo hiciste con mis hermanos?.

Nos sentamos en una banca.

Papá: Porque... Hija... He cometido error tras error, yo solo quiero que seas feliz, no quiero que me veas como el padre que fui con tus hermanos...

Eso sí, jamás papá se comportó conmigo como lo hacía con mis hermanos.

Papá: Y aparte tu eres diferente, jamás me has dado ningún problema, eres inteligente, eres responsable, sabes lo que quieres y lo haces y me haces sentir muy orgulloso.

Yo solo le di una sonrisa.
Dios mío tenía el nombre "Sebastian" enfrente, literalmente unas voces desconocidas lo susurraban por todas partes.

Hasta que papá hablo y reaccione.

Papá: Bueno, vamos a casa, debes estar cansada y... Tengo trabajo que hacer.
Yo: Claro...

Ni sabía bien lo que había dicho.

Nos fuimos a casa.

(...)

Estaba en mi cuarto desempacando, cuando me entraron unos mensajes de Sebastián.

"Pequeña ya llegaste a casa?".
"Te extraño demasiado".

Le di una sonrisa al celular.

Le escribi:
"Hola seb, estoy bien, llegue a penas a casa... Yo te extraño mas".

Apague mi teléfono y en la pequeña maleta que traía saque la mini bolsa de fotos que me había tomado con mis amigos el día de la bahía y unas con seb, en especial la que nos había tomado Rebe en el aeropuerto.

Algunas las imprimí para pegarlas en mi álbum de fotos.

Al terminar pegue cada una de ellas y la que Rebe nos había tomado la puse en mi escritorio.
No me preocupaba, ya que mi padre ni nadie jamás inspeccionaban mi cuarto así que no había problema.

Sonreí, estás habían sido las mejores vacaciones gracias al sexy psicólogo de ojos azules, Sebastian.
Ojalá y el próximo sean iguales...