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Papá: ¡Feliz navidad!.

Ya eran las doce, y oficialmente ya era navidad, yeii como si eso me importara en ese momento.

Sophie: Hay que dar los regalos ahora.

Cada año, hacíamos un intercambio familiar, solo que está vez Emma y su familia se unirían.
Joder hasta me ardía la garganta solo de pronunciar su nombre.

A mí me tocó darle a Angela.
Le regale un bolso de Versace que dijo que quería.

Angela: ¡Cariño, es bellísimo! Ow te quiero tanto.

Ella me dio un abrazo muy grande, y se lo agradecía, es lo que necesitaba.

Angela: Será coincidencia peeero... También me tocaste tu.

Una sonrisa se me creo en el rostro.

Angela: Ábrelo...

Una caja cuadrangular grande que tenía pequeños hoyos fue mi regalo.
Sospechaba que sería un perrito.

Me emocione y lo abrí.

Era un conejo.
Era tan pequeño, esponjocito y suave que morí de ternura al verlo.
Cabía en la palma de mi mano.
Era blanco y tenía las pequeñas orejas grises, sus ojos eran negros.

Yo: Oww es tan tierno y lindo.

Angela me dio una sonrisa.

Angela: Sabía que te gustaría...
Yo: ¿Lo aceptaras?.

Dije volteando a ver a papá.

Papá: Claro que sí, no es un perro.

Me reí.

Angela: Es un macho, tiene dos meses de nacido.
Yo: Es increíble... Creo que nos llevaremos muy bien.

Me fui a sentar con mi nuevo amigo y le digo así porque no sabía cuál nombre ponerle.

Por un segundo estaba feliz, se me había olvidado todo, pero de nuevo recordé que tenía que decidir entre mi futuro y Sebastian.
De todos modos, cualquier decisión, yo terminaría perdiendo.

Suspiré.

Después vi sentar a Emma a lado mío.

Yo: Te quieres ir porfavor.
Emma: Déjame conocer a tu nueva mascota... ¿O también lo vas a negar? Ja.

Vi a Rebeka pararse enfrente de nosotras.

Rebeka: Muévete... No es una pregunta, necesito hablar con mi mejor amiga.

Emma le sonrió de mala manera a Rebeka y ella no tuvo más remedio que obedecer.

Rebeka: Oye...

La interrumpi.

Yo: Gracias...

Me pare y salí de la sala de estar.

Me dirija a mi cuarto con mi nuevo amigo pero en eso Rebeka me interrumpio.

Ella se recargo en la puerta cruzandose de hombros.

Rebeka: ¡Oye!... Me debes una, te libre de esa víbora mal agradecida... Digo no esperaba lo grande pero mínimo un gracias... Thank u bitch...

Me voltie.

Yo: Ya lo había dicho... Gracias... Pero no tenías que hacerlo.
Rebeka: Tu no estás bien... Y yo tengo un sexto sentido en saber que te sucede, te conozco T/N.

La mire con la cara baja.
Ella se me acercó con la mirada preocupada.

Rebeka: A ver...

Me tocó el hombro.

Mi Psicólogo. (Sebastian Stan y tú). 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora