Mi Psicólogo. (Sebastian Stan y tú). 1

29

Los chicos me acompañaron a casa. Me despedi.
Al entrar a la casa vi todo totalmente apagado, y no veía a Sebastian por ninguna parte.

Cerré la puerta y empeze a caminar, la única luz que tenía era la de la luna.

Yo: ¿Sebastian?...

Empeze a ponerme nerviosa, cuando de repente se me ocurrió salir al patio trasero.
Y entonces lo vi.

En la playa, casi a un lado del mar vi a Sebastian en el pequeño "lugar de la playa".
Todo se veía muy hermoso, y me di cuenta de que había preparado una cena.

Yo: ¿Que es todo esto?.

Pregunté con la sonrisa más grande en mi rostro.

Sebastian: Quería hacerte algo especial antes de que nos fuéramos de aquí... ¿Te gusta?.

El me miró demasiado ilusionado.

Yo: ¿Que?, Esto es... Seb, eso es increíble, es perfecto.

Todo me encantaba, había puesto una serie de luces por todas partes, velas en la mesa y comida por supuesto.

Sebastian: Ven.

Sebastian me tomo de la mano y me llevo hasta mi asiento.

Yo: Gracias...

El me dio un ligero beso y después se sentó en frente de mi.

Sebastian: ¿Y como te fue?.
Yo: Bien, estuve todo el día con Rebe y Shawn, me divertí mucho.
Sebastian: Eso me alegra.

Me dio una calida sonrisa.
Yo estaba demasiado alegre, no podía creer que hiciera todo esto.

Yo: ¿De verdad te estuviste todo el día haciendo esto?.
Sebastian: Por ti haría todo y más.

Eso me hizo sonrojarme, era tan lindo.

Al último comenzamos a cenar.
Le conté a Sebastian todo lo que habíamos hecho mis amigos y yo durante el día, aunque le omití contarle sobre la universidad y el plan que habíamos creado de irnos a Nueva York, no quería tensar las cosas mientras la pasábamos genial.

Después me llevo a la orilla del mar, estaba enfrente de mi y sentía como las pequeñas olas mojaban mis pies una y otra vez.

El me tomo por la cintura y me obligó a empezar a bailar con el.

Yo: No me gusta bailar...
Sebastian: Pero bailaste en tu graduación.
Yo: Exacto, por obligación, pero en realidad no me gusta.
Sebastian: Concédeme está petición solo por esta vez...

Solté una risita y dejé que bailaramos.

Me recargue en su hombro.

Yo: Gracias por todo esto, es demasiado.
Sebastian: No... Tu te mereces esto, y mucho más.

Le sonreí y nos besamos.

Narra Sebastian.

Era el momento, tenía que decirle, está vez le iba a confesar todo, todo lo que me había hecho sentir desde que la vi entrar a mi oficina y hasta ahora.
La mire a los ojos y toque sus mejillas.
Ella puso atención en mi y tocó mi mano.

Yo: T/N... Yo... Tengo algo que confesarte.

Narra T/N.

Ay por dios, ¿Creo que creía lo que me diría?. El me miraba atentamente y sus ojos azules resplandecian.
Sentí algo en mi estómago y los nervios por todo mi cuerpo.

Sebastian: No quiero sonar anticuado pero quiero hacerlo bien...

Yo no respondí, solo lo miraba.

Sebastian: Se que llevamos muy poco haciendo esto, estando juntos... Y se también que nuestra relación empezó y es solo sexo, pero... T/N... Yo... Estoy enamorado de ti, me enamoré de ti... Es que eres increíble, tu forma de ser, tu alegría, tu positivismo, todo... Me hace querer ponerme de rodillas enfrente tuyo, tienes algo que me encanta que me vuelve loco...

De repente todo se esfumó, solo estaba el.

Sebastian: No se lo que esto signifique... No a donde pueda llevarnos, solo se que me gusta estar cerca de ti... Se siente bien...

Yo estaba muy... Ni siquiera se que sentimiento sentía, tenía millones de mariposas en el estómago.

Yo: ... Y yo creía que solo era tu pasatiempo...

El soltó una carcajada y lo negó con la cabeza.

Yo: Y la hija molesta de tu mejor amigo...
Sebastian: Si, eso también...

Nos reímos.

Yo: ¿Lo dices de verdad?...
Sebastian: Lo digo de verdad...

Yo me mordi el labio y sonreí.

Sebastian: Ya no quiero esperar más... Quiero estar contigo, y no me importa si esto es prohibido, jamás me iré de tu lado.

Me dio un beso.

Yo: Yo también siento algo por ti, pero... No quiero arriesgarme a perderte, y que todo esto acabe.
Sebastian: Ey... Sea lo que tenga que pasar yo jamás te abandonaré... Te lo prometo.

El sonó firme en sus palabras. Le creía.

Yo lo bese, al besarnos nos pusimos de rodillas al mismo tiempo en la arena.
Los besos que Sebastian me daba en mi rostro eran cálidos y suaves.
Al quitarnos la ropa yo estaba acostada en la arena y el se encimo en mi.
Besaba y lamía cada parte de mi cuerpo como si fuera un niño cuando le dan su primer dulce.

Después el se introdujo en mi,
pero está vez para nada fue parecido como las veces pasadas, Sebastian me lo hizo con demasiada calma y con suavidad. Sentía como su acelerada respiración chocaba con la mía, entre gemidos y gritos la respiración se me iba agotando.
Esto se sentía mucho mejor, aunque dolía mas pero yo disfrutaba cada segundo que permanecía adentro de mi.

El paro y me dio un beso en mi pecho.

Sebastian: T/N...
Yo: ... ¿Si?...

Dije apenas recuperando el aliento.

Sebastian: Te amo...

Obviamente ustedes no lo vieron pero el corazón me dio mil y una vueltas en un jodido segundo.

Yo: También yo...

Le dije mirándolo a los ojos y acariciando su barbilla.
El me sonrió.

Volteamos a ver hacía el océano y la luna se veía enorme con una luz tan resplandeciente y millones de estrellas brillando a lado y por todas partes en el cielo.

Y es ahí cuando me di cuenta.
Era nuestro momento...