PABLO
Abrí los ojos lentamente después de haberme quedado dormido y bostecé observando mi alrededor.
No había sido un sueño, aún seguía en aquel zulo donde unos pirados me había encerrado.
El hambre y la sed se me habían saciado y por el silencio que percibía era demasiado tarde.
¿Cuánto tiempo había pasado?
Intenté hacer fuerza para sacar mis manos de aquellas esposas ,pero fue inútil.
Miré a mi alrededor ya resignado en busca de algo que pudiese atraer con los pies; suspirando entorné los ojos para ver con más claridad y solo entonces me percaté de un pequeño detalle. En una esquina iluminada apenas con una diminuta luz roja pude distinguir casi a la perfección una cámara que me apuntaba directamente.
¿Estaban grabando todo lo que hacía?
-¡Mi padre ya habrá denunciado mi desaparición! -grité enfurecido sabiendo que era poco probable que mi padre se hubiese dado cuenta de mi ausencia.
Con fuerza volví a tirar de las esposas haciéndome una leve herida que no hizo que frenara. Necesitaba salir de aquel lugar a como diera lugar.
La puerta no tardó en abrirse y los pies de la chica de ojos azules bajaron a toda prisa las escaleras.
-¡Para! - esta vez fue ella la que gritó con fuerza.
La miré con furia en la mirada y desgarré parte de mi piel haciendo fuerza con las esposas.
-¿Eres tú la que me observa desde esa cámara? -pregunté tirando con más fuerza de las esposas y soltando un grito de dolor.
-Para -esta vez su voz fue mucho más suave. Se acercó a mi y agachándose a mi lado me obligó a parar posicionando sus manos encima de las mías.
-¿Quieres salir de aquí? - habló casi en susurros mientras miraba con desconfianza a su alrededor - no hace falta lesionarte para salir, solo tienes que dejar que los de arriba hagan las pruebas que necesiten contigo -se levantó y caminó hacia la estantería, de la que cogió vendas, algodón y alcohol.
-¿Porqué necesitan esas pruebas? -pregunté esta vez intrigado.
-Buscan al hijo del líder – confesó agachándose de nuevo a mi lado.
En el algodón echó un gran chorro de alcohol y me miró casi pidiéndome permiso para curar mis heridas.
Cuando acercó el algodón a mi muñeca solté un grito de dolor.
-Tranquilo.. -susurró.
Me fijé en la delicadeza con la que limpiaba y curaba mis heridas y no pude evitar suspirar.
-¿Y si no soy el hijo del líder? -pregunté esta vez temeroso.
Ella clavó sus ojos claros en mi y a los segundos se apartó con un ligero miedo en la mirada, ¿Qué era lo que temía?
-Si no soy el hijo del líder no les quedara más remedio que soltarme -seguí hablando mientras ella se levantaba y se dirigía a la estantería de donde había sacado los productos para limpiar mi herida.
Apoyé la cabeza en la pared al no obtener respuesta y cerré los ojos quedándome solo con el sonido de sus pasos cada vez más alejados.
-Eres el hijo del líder – de golpe abrí los ojos y la observé en el último escalón, cerca de la puerta.
o más te vale serlo- sus palabras retumbaron en mi cabeza y de un fuerte golpe cerró la puerta dejándome de nuevo a solas.
¿Por qué tenía que ser ese tal hijo del líder?
Agotado apoyé de nuevo la cabeza en la pared y recordé a mi madre. Ella sabía salir de todas las situaciones ¿Qué haría en este caso?
Suspiré intentando contener el nudo que se me había formado en la garganta al recordar su último suspiro. ¿Porqué tuvo que faltar ella en mi vida?
Necesitaba escapar, salir de algún modo pero tenía pocas posibilidades, necesitaba convencer a la chica de ojos azules de que me ayudara. Era la única que parecía querer también escapar. Tiré de las esposas y contuve la respiración por el dolor que me recorrió el cuerpo.
-Yo no formo parte de este mundo.. -me quedé en silencio intentando encontrar las palabras exactas mientras miraba con gesto de súplica a la cámara que aún me apuntaba -y juro que jamás hablaré de ello con nadie, este sitio para mi jamás existió.
Era obvio que todo iba a ser inútil y que mi única salida iba a ser seguir el rollo a todos ellos hasta que confiaran en mi.
¿Cómo iba a aguantar hasta entonces?
Apoyé de nuevo mi cabeza en la pared y cerré los ojos centrándome solo en mi oscuridad interior.

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GAZOKS (parte 1)
RomancePablo, chico corriente que vive sumergido en sus problemas cuando se muda a vivir con su padre después de la perdida de su madre, descubre nuevos mundos y personas de la mano de una chica. Arima, chica no humana que vive sumergida en un mundo lleno...