PABLO
Con esperanza cogí a Arima en brazos y bajé con ella por las escaleras intentando esquivar el cuerpo de la pelirroja sin caer al suelo.
Me aferre a Arima con fuerza y volví a mirar su rostro. Hasta en ese momento me recordaba a 895
No entendía como un cuerpo tan delicado al igual que su rostro podían pegar y luchar de aquella manera tan feroz y salvaje.
Esquivé el cuerpo de la chica con el cráneo destrozado e intenté caminar lo más rápido que pude mientras intentaba avanzar por aquel oscuro pasillo rezando por que al menos llegara con vida a la enfermería.
El aroma avainillado de Arima me invadió cuando apreté su cuerpo contra el mío en un intento de que no se cayera cuando intenté pasar por encima del chico que había visto varias veces en la nave.
Bajé las escaleras que conducían a la salida esta vez agudizando los oídos, si a alguien se le ocurría atacarme no tenía forma de defenderme y necesitaba ser lo más silencioso posible.
Bajé el último peldaño y me quedé quieto esperando escuchar algún ruido, pero solo pude escuchar mi respiración entrecortada y mi corazón latir a gran velocidad por todo lo que estaba viviendo.
¿Todos habían muerto?
Salí de la torre esta vez andando más despacio y aparté la mirada cuando miré el cuerpo de Eros con la cuenca del ojo vacía.
-Joder.. -susurré.
Corrí hasta adentrarme de nuevo en el laberinto, Arima aún seguía con vida y mi única opción era sacarla cuanto antes de aquel lugar de locos.
Caminé sin mirar atrás centrándome solo en mi objetivo.
Volví a mirar su rostro ensangrentado y solo entonces pude fijarme en la herida que había en el lado inferior de su ojo.
¿Esa chica quería arrancarle los ojos como le hicieron a Eros?
Seguramente eran del mismo grupo y su táctica no era otra que dejar a todos marcados de por vida.
Tragué saliva. ¿Aquella era la estrategia de aquel equipo? ¿Tan sanguinarios eran?
Pasé por donde había escondido el cuerpo de Enzo y mis ojos de nuevo se desviaron sin poder evitarlo a Arima.
-No dejaré que te pase lo mismo.. -susurré.
Sé que no me había tratado como lo habría hecho 895, pero algo en ella hacia que me costara dejarla abandonada a su suerte en este lugar donde era más que evidente que acabaría rematándola.
Entonces unos pasos detrás de mi me paralizaron, ¿Qué iba a hacer si no podía ni sujetar un arma entre mis manos?
-¿Ha donde vas? -la voz de Abril hizo que de golpe me girara con gesto lleno de felicidad.
Herida en el brazo, el rostro y en una pierna caminó hacia a mi con una ligera cojera.
-¿Ha donde vas? -repitió desviando los ojos esta vez hacia el cuerpo de Arima.
-Voy a salvarnos -contesté desviando la vista también a Arima -a salvarla..
-¡No puedes! -gritó acercándose más a mi e intentando arrebatármela de entre mis brazos – ella no puede abandonar la batalla, si muere o vive deberá hacerlo aquí dentro.
Me aparté de ella con brusquedad aferrándome aún más al cuerpo de Arima y comencé a enfadarme por su actitud.
-¡No pienso dejarla morir aquí! -grité esta vez yo comenzado a caminar de espaldas – secuestráis y matáis a la gente a placer y nadie se atreve a deciros nada.
Estaba harto de toda aquella situación, ¿Por qué no me dejaban volver a mi casa y olvidar todo lo que estaba viviendo?
-Las cosas..
-¡No Abril, me da igual lo que puedas decirme! -enfurecido giré mi cuerpo y caminé sin soltar a Arima -soy el hijo del líder y como tal haré lo que creo conveniente.
-Arima no te lo perdonará -dijo Abril en un intento de hacerme frenar.
Pero estaba seguro de lo que hacía, no iba dejar a Arima morir como ese día en el que no pude hacer nada por 895.
Aceleré mis pasos y crucé el arco de la entrada cayendo de rodillas al suelo y mirando como de repente todo el público se quedaba en silencio observando la escena.

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GAZOKS (parte 1)
RomancePablo, chico corriente que vive sumergido en sus problemas cuando se muda a vivir con su padre después de la perdida de su madre, descubre nuevos mundos y personas de la mano de una chica. Arima, chica no humana que vive sumergida en un mundo lleno...