CAPITULO 53

24 14 0
                                    

Arima

Corrí por las calles de Atlanta intentando esquivar todos los coches mientras el bullicio de la gente me desconcentraba. ¿Como iba a llegar al bosque que conducía la nave?
Empujé a una señora que caminaba con una bolsa llena de alimento y continué corriendo en busca de alguna señal que me condujera a la nave. Intenté ignorar los pasos que sonaban en mi cabeza y miré a mi alrededor temerosa de lo que estaba por venir.
Ya estaba sin aliento cuando divisé unos árboles al fondo de la calle.
Aceleré mis pasos, pero los frené de golpe cuando una chica con un uniforme negro de rayas azules en los laterales y el reluciente escudo de una corona y dos espadas, me miraba esbozando una sonrisa.
-Nari -dije tragando saliva e intentando no aparentar estar muerta de miedo.
Era evidente que si ella se encontraba ahí era porque los demás profesionales también rondaban la zona.
-Arima -no perdió la sonrisa, simplemente con un movimiento de pelo acercó su melena hacia delante y la comenzó a acariciar enseñándome orgullosa las cuchillas afiladas que adornaban gran parte de su pelo.
Saqué mi daga sin perder tiempo.
-Te hemos buscado por todas partes – otra voz hizo que me girara de golpe y observara a otro chico con el mismo uniforme portando un gran mazo metálico.
-Hay humanos.. -susurré.
Los dos se miraron para segundos después observar la entrada del bosque donde otro profesional amenazaba a Pablo con su arma.
-¡Pablo! -grité sintiendo que me faltaba el aire.
¿Como había llegado él hasta el bosque? ¿Cuando lo habían capturado?
Sin perder tiempo corrí hacia el bosque. En ese momento todo lo demás me daba igual, no pensaba dejar que nadie tocara a Pablo aunque aquello conllevara acabar con la vida de cada uno de esos profesionales.
-¡Pablo! -volví a gritar sin dejar de correr hacia él.
Pero cuando entré dentro de aquel bosque, la figura de Pablo se desvaneció.
Una carcajada sonora se escuchó detrás de mi, pero yo aún atónita caminé hacia donde el cuerpo de Pablo se había desvanecido.
-Recordad que Zafir la quería con vida – un profesional salió de detrás de un árbol mientras yo intentaba aún reaccionar.
Sujeté con fuerza mi daga y me giré intentando contener el nudo que se me había formado en la garganta.
-Tiene que llegar viva -Nari caminó hasta posicionarse al lado de Erick que cruzado de brazos me miraba con semblante serio – pero podemos divertirnos un rato.
Sin esperar respuesta, acarició de nuevo su pelo y lo lanzó en mi dirección consiguiendo desgarrar parte de mi pierna.
Solté un grito, pero con rapidez corté sus mechones con la daga consiguiendo que se separase de mi. Caí al suelo y me llevé la mano a la pierna donde tenía cinco cuchillas diminutas clavadas en mi piel.
-Estás perdiendo facultades -comentó Erick sacando su daga.
Antes de poder reaccionar, el chico que se encontraba detrás de mi tiró de mi pelo y me arrastró por el suelo para alejarme mucho más de la civilización.
-¿Ha que venías? - otra chica que no logré reconocer se acercó a mi - ¿Cesia te hizo llegar el mensaje?
La miré ahogando mi llanto.
-¿De verdad llegaste a pensar que Cesia quería salvarte? -Erick soltó una carcajada sonora – nosotros seguimos siendo los mismos de siempre, pero ya veo que tú no.
-Me dijo que..
-¿Qué tu padre es Zafir? -me interrumpió Nari caminando de nuevo hacia mi.
Con rapidez me zafé de las manos del profesional que me tenía cogida por detrás y les apunté con la daga.
-Claro que tu padre es Zafir -Erick me fulminó con la mirada – pero tú jamás tenías que saberlo, Cesia solo te lo dijo para que salieras de aquel escondite
Nari me sonrió y volvió a lanzar su gran melena hacia mi.
Por mucho que intenté esquivarla, su pelo buscó mi otra pierna hasta lograr clavar de nuevo sus cuchillas afiladas en ella. Grité con todas mis fuerzas sin poder zafarme de ella y esta vez Erick acercándose a mi clavó su daga en mi pierna haciéndome caer de nuevo al suelo.
-Jamás podrás contra nosotros -se agachó a mi lado y de golpe sacó su arma haciéndome gritar hasta perder la voz.
Nari arrastró su pelo por mi piel causándome heridas graves y tras reír burlándose de mi, volvió a recoger su larga cabellera cubierta de mi sangre.
-Mataste a Kano… -esta vez fue el profesional del mazo el que comenzó a hablar - ¿crees que no se te castigará por ese gran error?
Sollocé en silencio intentando frenar con mis manos la hemorrajia.
-¡Maté a Kano porque él pensaba hacer lo mismo conmigo! -grité afónica.
¿Como iba a salir de esa si no era capaz ni de ponerme de pie?
-Mataste a tu propio hermano..
Miré a Erick que me miraba lleno de desprecio.
-Era mi pareja -le devolví la mirada llena de odio.
Erick levantó de nuevo su daga y sin pestañear la volvió a clavar en mi pierna volviendo a sacarme un grito de dolor que por poco me hace perder el conocimiento.
Sollocé llena de impotencia y cerré los ojos resignandome a lo que iba a suceder.
-Yo he matado a mi hermano – tragué saliva intentando hablar con tranquilidad – pero mi padre piensa hacer lo mismo conmigo.
Alguien volvió a tirar de mi pelo haciéndome abrir los ojos, pero cesó de inmediato cuando una pequeña cuchilla en forma de estrella se le clavó en la frente haciéndole caer de golpe. Un fuerte estruendo sonó en medio del bosque ocasionando que los profesionales se apartaran de mi para observara lo que se les avecinaba. Las hojas de los árboles comenzaron a caer y hasta las piedras empezaron a moverse del suelo como si de un terremoto se tratase. Y en medio de aquel bosque una criatura de piel blanquecina apareció con cara de pocos amigos. De un manotazo arrasó con parte de los profesionales, pero antes de dar un paso hacia mi, Erick me sacó la daga con rapidez de la pierna y me la colocó en el cuello.
-Si se te ocurre dar un paso más la mataré -dijo haciéndome una pequeña herida.
El huesudo que se encontraba delante de nosotros se desvaneció dejando paso a Nime que me miró llena de preocupación.
-Da un paso más y acabaré con su vida – repitió.
-Clavá de nuevo esa daga y tus ojos lo último que verán será mis shuriken bombardear tu rostro -le amenazó Nime sujetando entre sus manos una pequeña cuchilla en forma de estrella.
-¡Nime! -grité como pude – vete y avisa a Pablo, vete antes de que acaben con nosotros.
Ella me miró con desconcierto, pero apartó la mirada de mi inmediatamente cuando Nari se puso de pie después de haber recibido el manotazo sacudiéndose la ropa.
-¡Avisa a Pablo! -volví a gritar.
-Eso, avisa al humano -dijo esta vez Erick cerca de mi oído – le mataré antes de acabar contigo..
Tragué saliva intentando ignorar el nudo de mi garganta mientras veía como Nime se alejaba corriendo entre los árboles.
-Síguela y mátala antes de que avise a nadie.
Erick miró a uno de los profesionales que no tardó en correr detrás de ella.
-Y ahora, vamos a llevarte con tu padre.
Me agarró del pelo y sin ningún tipo de piedad tiró de mi arrastrándome por todo el suelo arenoso. Se me inundaron los ojos de lágrimas y mientras gritaba con la poca voz que me quedaba, tuve una cosa clara. No pensaba morir hasta no matar primero a aquel Gazok que me había ocultado durante todo este tiempo que era mi padre.

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora