CAPITULO 24

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PABLO

Encendí el cigarrillo y miré por la ventana como dos chicos con varias botellas de alcohol entraban en mi casa.
¿En que pensaba Elena? , pero sobre todo.¿en que pensaba mi padre dejando a una completa desconocida sola en casa?
Era obvio que no entendía nada de lo que nos pasaba. 
Desvié la vista hacia Arima y eché el humo con calma.
-Mientras se divierten podríamos ir a por la flor Ika -comenté apagando el cigarrillo en el cenicero. Arima asintió poniéndose de pie y caminó decidida hacia la puerta mientras yo la seguía. Bajamos las escaleras y nos sobresaltamos cuando uno de los chicos nos apartó con su brazo mientras sin soltar la mano de Elena subía riéndose sin parar de algo que ella le había dicho.
Bajé corriendo las escaleras intentando olvidar esa escena y cogiendo dos de mis chaquetas que aún seguían en el recibidor como yo las había dejado, salimos de esa caótica casa.
-En otras circunstancias.. -murmuró Arima.
-¿Les hubieras matado? -pregunté riéndome sin poder evitarlo -¿por qué lo solucionáis todo de esa forma?
Ella frunció el ceño y acepto la chaqueta que le entregué comenzando a caminar con paso más acelerado.
-No sabes donde esta la flor ¿recuerdas? -intenté alcanzarla colocándome la chaqueta, y me quedé quieto cuando ella después de mirarme en un descuidó metió su pie en un charco bastante grande. Corrí hacia ella e intenté contener las ganas de reírme. Verla fuera de la nave era como ver a un niño que acababa de descubrir el mundo.
-Mierda.. -susurró ella sacando el pie del agua, y fulminándome con la mirada levantó su dedo señalándome.
-Ni se te ocurra reír.
-¿Y si no hay flor Ika? -pregunté intentando cambiar de tema para no reir.
-Las puertas donde tenemos escondidas todas las flores suelen estar bastante ocultas -contestó con gesto serio -si no llegaran a estar….me moriría de hambre.
Tragué saliva e introduje mis manos en los bolsillos de mi chaqueta vaquera cuando la lluvia comenzó de nuevo a caer de forma ligera. Nos quedamos en silencio rompiendo el silencio solo con el chapoteo de nuestros zapatos al pisar los pequeños charcos, y yo sin poder evitarlo desvié mi vista hacia el rostro preocupado de Arima.
¿Tenía miedo de no encontrar la flor Ika o de encontrarse con los huesudos?
Entramos en el callejón donde todo comenzó y divisé a lo lejos aquel local de mala muerte que me producía escalofrios.
Caminé esta vez detrás de Arima intentando asimilar que iba a volver al lugar donde me habían secuestrado, hecho pruebas y pegado más de una vez.
Cogiendo aire y armándome de valor entré con Arima. Ella inmediatamente apoyó un dedo encima de sus labios advirtiéndome de que no hablara y cogió la daga de un chico que yacía en el suelo. La escena seguía completamente igual, había infinidad de cadáveres en el suelo y tuve que esquivar varios para llegar hasta donde se encontraba Arima.
Ella caminó decidida hacia donde estaba aquel zulo donde me tuvieron varios días mientras que mis pies sin evitarlo desviaron sus pasos hacia el largo pasillo donde sabía que podía volver a encontrar a 895. Abrí la segunda puerta que había y me quedé quieto observando el cuerpo robótico de 895 en el suelo. Me acerqué a ella con el corazón en un puño y me agaché examinando su rostro apagado.
-Al final logré escapar… -susurré intentando contener mis lágrimas después de recordar todo lo que había pasado en aquel lugar.
Ella había sido mi único apoyo y aunque sabía que estaba programada para tratarme así no había podido evitar quedar hechizado. Acaricié su cabello y levanté la vista para fijar la mirada en Arima que desde el marco de la puerta me observaba atentamente sin perderse detalle.
-No entiendo como Erick pudo ser tan cruel.. -susurre en un hilo de voz.
-Es solo un robot -ella me hizo un gesto con la mano para que me acercara a ella -tienes que olvidar ya ese incidente.
Me puse de pie y miré de nuevo el cuerpo de 895.
-Vamos a por la flor -dijo comenzando a andar dejándome atrás. Asentí siguiéndola y pasé de nuevo por aquel pasillo que desgraciadamente llevaba hacia la puerta de aquel zulo donde había pasado varios días.
Arima abrió la puerta y bajó por las escaleras metálicas mientras yo detrás de ella agachaba la cabeza sin ser capaz de volver a mirar aquel lugar.
-Tranquilo -comentó al darse cuenta de mi actitud – seremos muy rápidos.
Terminamos de bajar las escaleras y solo entonces me percaté de que no estaba el huesudo que Cesia mató cuando bajó a rescatarme.
-¿Por qué no hay huesudos? -pregunté intrigado esta vez mirando hacia los lados intentando mantenerme en alerta -yo vi a Cesia matar a uno cuando vino a salvarme.
-Cesia no mata -Arima me miró de reojo moviendo la cabeza con desaprobación -ella los paraliza durante un tiempo.
Dejó de mirarme para buscar la puerta oculta en la pared, aún asombrado levanté la mano y señalé la estantería recordando de nuevo a 895. Arima avanzó hasta llegar a la estantería y antes de que llegara a moverla me puse a su lado para ayudarla. Entre los dos la movimos, y ella al ver la puerta oculta dejó de mover conmigo la estantería para quedarse completamente paralizada.
-¿La abrimos? -pregunté terminando de apartar la estantería.
Arima asintió y se acercó a la puerta tocando ligeramente con los dedos el pomo, verla de aquella manera solo me hacía entender aún más si cabía lo importante que era la flor Ika para ellos.
Esta vez con gesto más decidido abrió la puerta y sus ojos se iluminaron bajo mi atenta mirada , que intentaba no perderse detalle de nada.
-Esto es precioso.. -susurró sin apartar la vista del jardín interior repleto de flores Ika.
Sin perder tiempo entró sin apartar la mirada de aquellas flores azules y se agachó acariciando los pétalos de una de ellas.
-Esto es lo que tú portas en la sangre -me agaché a su lado y ella levantó la vista dejándome admirar sus ojos teñidos de un color azul marino realmente hermoso -¿no es precioso?
Tragué saliva agachando la vista hacia la flor con timidez. Ella con una mano se colocó un mechón de pelo detrás de la oreja y se mordió ligeramente el labio haciendo que automáticamente me fijara en ella de nuevo.
-Esto es mi alimento y mi cura -miré esta vez su rostro lleno de emoción y no pude evitar sentir ternura. Lejos parecía quedar la Arima que había conocido en la nave.
-Yo.. -por un momento me sentí capaz y sin ningún temor de confesar lo que había hecho con mi sangre, al fin de cuentas ella parecía estar entusiasmada con aquella flor -tengo que contarte..
Me quedé en silencio cuando Arima se levantó dejándome con la palabra en la boca y con gesto feliz caminó hacia el árbol que había justo en el centro, dejándome con las ganas de confesar que yo había salvado su vida con esa misma flor que se reflejaba en su mirada.
-Muchas veces había fantaseado con venir aquí acompañada de mi equipo -su voz esta vez se entristeció – le prometí a Enzo ver esto junto a él.
Levantándome del suelo me acerqué a ella y tras pensármelo varias veces apoyé mi mano en su espalda.
-Seguro que estén donde estén estarán orgullosos de verte aquí.. -susurré viendo como ella se alejaba de mí, incómoda con mi acercamiento.
Volvió a agacharse y esta vez arrancó un pétalo a la flor. Con delicadeza lo estrujó sacando de el un ligero goteo azulado que cayó en uno de sus dedos, esta vez mirándome se llevó su dedo a la boca. Aparté la mirada y me quedé asombrado en como la flor había recuperado su cuarto pétalo.
-Eres más valioso de lo que piensas -se puso de pie y me acercó otro de los pétalos – los profesionales jamás podrán matarte.
Agarré el pétalo hipnotizado y lo examiné con detenimiento.
-Las flores de este lugar se regeneran porque tú estás aquí – arrancó una flor de raíz y esta de inmediato volvió a resurgir - es la magia que crea la flor Ika.
Me quedé sin palabras, ¿como podía yo sin moverme de mi sitio hacer todo aquello?
-El color de la flor es el causante de que tengamos un ojo azul , siempre y cuando no seas un simple humano -volvió a acercarse al árbol y me dio la espalda – si llegas a ser un humano cualquiera tu corazón no soportaría todos los componentes de la flor.
-¿Y 895 por qué tenía esos ojos tan…
-895 al igual que otros robots fue creada por Neferet, que antes de morir se desvivió por conseguir que los robots tuvieran conciencia -Arima se acercó a mi con lentitud -dicen por ahí que usó una flor especial que tras ser arrancada se transformó en este inmenso árbol.
-¿Como murió Neferet? , es decir, ¿Como dejaron que muriera si podía hacer todo esto?
Arima esta vez apartó la mirada de la mía y cambió el gesto de su rostro a uno más tenso.
-Nos traicionó – caminando hacia la puerta con semblante serio -creó cosas fascinantes, pero jamás quiso ser una Gazok más.
Me quedé quieto asimilando toda la información cuando ella salió del jardín, y tras guardarme el pétalo en el bolsillo corrí detrás de ella.
-¿No vas a coger más flores para no tener que volver? -pregunté esta vez subiendo las escaleras de caracol detrás de ella.
-La flor Ika pierde sus propiedades a pocas horas de ser arrancada -abrió la puerta saliendo hacia el pasillo y yo detrás de ella clavé la mirada en el anciano que me advirtió de todo aquello.
-De todos modos no debes preocuparte -abrió la puerta saliendo al fin del lúgubre local -una gota puede aguantar dentro de mi más o menos un mes.
Asombrado apresuré el paso hasta quedar a su altura.
-Aún no entiendo como las flores vuelven a crecer en mi presencia… -susurré aún asombrado con aquella escena.
Ella me miró durante un segundo y se llevó las manos a los bolsillos de la chaqueta.
-Tu sangre puede hacer milagros…
Si ella supiera hasta que nivel era eso cierto….

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora