CAPITULO 10

75 48 0
                                        

ARIMA

Abrí los ojos cuando el despertador de Abril comenzó a sonar.

Desvié la vista hacia ella y aún en la oscuridad de la habitación pude fijarme en su rostro enfadado.

-Buenos días -me levanté de al cama y me dirigí al baño intentando ignorar su gesto lleno de desaprobación.

Sabía que se le pasaría a lo largo de la mañana así que cerré la puerta del baño y me apoyé en ella cerrando los ojos e intentando asimilar todo lo que estaba viviendo.

Iba a ser un día complicado, quedaban dos días para la Batalla de los Guerreros y aún tenía que enseñar a un novato lo básico para que no perdiera la vida a manos de un huesudo o a manos de cualquier Gazok sediento de victoria.

Tragué saliva y abriendo los ojos comencé a desprenderme del pijama.

¿Debía centrarme en mi equipo y dejar que el nuevo muriera en la batalla?, De todos modos él lo tenía todo perdido teniendo en cuanta que no sabía seguramente ni sujetar una daga, y si no nos centrábamos en él podríamos tener posibilidades de ganar.

Suspiré y caminé hacia la ducha, abrí el grifo y me introduje debajo dejando así que el agua recorriera mi cuerpo desnudo.

-¿Sigues dándole vueltas? -la voz de Abril irrumpió haciendo que diera un brinco.

-¿Se puede saber como has entrado? -pregunté cubriendo mi cuerpo con la cortina de color azul celeste.

-Cambio de forma, ¿lo recuerdas? -puso los ojos en blanco y se apoyó en la pared cruzándose así de brazos -sabes muy bien que lo que te dijo ayer Eros es una autentica estupidez, no puedes dejar al hijo del líder morir.

Corrí la cortina y cogí el bote de champú. No quería hablar del tema con ella porque sabía de sobra que me llevaría la contraría en absolutamente todo.

-Sabes de sobra que si no le protegemos, acabará muerto-continuó hablando.

Era evidente que tenía que pensar muy bien lo que hacer, no podía dejar que uno nuevo acabara estropeando lo que tanto tiempo me había costado conseguir.

Y si eso conllevaba dejarle morir....

Me enjuague el cabello y alargué la mano en busca de la toalla, tras agarrarla me cubrí con ella el cuerpo y corrí de nuevo la cortina.

-Si lo haces por tu orgullo

Ignoré sus comentarios y me acerqué al espejo, pasé por encima uno de mis brazos para deshacerme del vaho y miré el reflejo de Abril que seguía hablando con semblante serio.

¿No pensaba callarse?

-¡No le mataré! -grité girándome de golpe y consiguiendo que se callara.

Ella esbozó una sonrisa y abrió la puerta del baño.

-Como hemos llegado a un acuerdo, me iré para dejarte terminar -me lanzó un beso sin borrar la sonrisa de su rostro, satisfecha con lo que había conseguido, y mientras yo ponía los ojos en blanco ella cerró la puerta dejándome completamente sola.

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora