CAPITULO 9

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PABLO

Caminé al lado del chico que de la noche a la mañana se había convertido en mi hermano y miré sorprendido la gran nave industrial abandonada que habían sabido camuflar tan bien.

¿Cómo nadie se había dado cuenta antes?

-¿No tenéis exterior? -pregunté fijando la mirada solo en la gran puerta principal vigilada por un hombre de mediana edad.

-Aquí solo tienen el privilegio de salir los profesionales -me miró de reojo con desprecio y negó con la cabeza – cosa que no creo que tu llegues a ser jamás.

Señalo una pequeña puerta que había en la primera planta y esta vez sonrío.

-Tú puedes entretenerte con ese pequeño bosque cerrado por cuatro grandes ventanales construidos justo para los que quieren pero no pueden salir.

Fruncí el ceño, ¿Ese tío de que iba?

Si ya me parecía irritante la soberbia de Erick, este chico no se quedaba ni de lejos atrás.

¿Cómo iba a conseguir escapar ahora que ya estaba dentro de su fortaleza?

-La chica.. -dije esta vez cambiando de tema – ¿no es un robot?

Me fijé en como le afectaba que hablase de ella cuando las venas de su cuello comenzaron a marcarse.

-Arima es una de las mejores Gazoks que tenemos aquí , no habrá nadie que pueda enseñarte mejor que ella – esta vez giro su cabeza y me amenazó con la mirada – y no , no es un robot.

Tragué saliva sin comprender aún su parecido con 895.

Caminó hacía el ascensor y sin perder tiempo le seguí, con su dedo pulso el botón 2 y las puertas no tardaron en cerrarse.

-¿Por qué lleváis colores diferentes en el lateral de vuestros trajes? -pregunté tras fijarme en que todos llevaban el mismo traje oscuro y ceñido que Kano, diferenciado solo por dos líneas laterales de diferente color y una pequeña insignia en la parte del pecho.

-Los que tienen la línea lateral roja son aprendices, niños y ancianos – las puertas se abrieron y él no tardó en salir – los que la tienen verde forman parte de un equipo.

-¿Y el tuyo? - pregunté intentando recordar el color que llevaba la chica que me había pegado una paliza hace apenas unos minutos.

-El azul es el máximo rango – me miró orgulloso de si mismo e inflando el pecho continuó hablando -nosotros somos los profesionales.

Solté una carcajada ante su actitud sin poder evitarlo.

-¿Y que se supone que hacéis?

Kano frenó en seco y me estampó contra la pared agarrando con fuerza mi camiseta.

-Defendemos a los humanos que portan el Ika – soltó mi camiseta cuando la gente que caminaba tranquilamente centró la mirada en nosotros – los huesudos se alimentan de ellos para eliminar así la única flor que nos mantiene con vida.

Se apartó de mi, pero yo me quedé quieto con el cuerpo pegado a la pared.

El Ika era la flor que había visto reflejada en los ojos de 895 la última noche que estuve con ella.

Apreté los puños al recordar sus ojos sin vida y como aquel tal Erick acabó con ella.

Cerré los ojos y suspiré agobiado por la situación.

Cuando abrí los ojos me sobresalté cuando la mirada con heterocromía de la chica que me pegó una paliza me fulminó.

-Yooo..yo.. -tartamudeé con nerviosismo mientras ella me analizaba entero.

-Le llevo a su cuarto -dijo Kano mirándola con gesto serio – que se quede ahí por ahora.

Ella asintió y se dirigió hacia otro cuarto sin mediar palabra ¿sería el suyo?

Me fijé en su vestimenta con rayas laterales amarillas y me acerque esta vez a Kano.

-¿Y el amarillo? -tragué saliva viendo como de nuevo se le marcaba una vena en el cuello -¿Ese color que significa?

Ella se giró de golpe y sin dar tiempo a Kano a pronunciar palabra se acercó a mi.

-Significa que soy tu jefa y que siempre voy a estar por encima de ti.

Me miró con gesto asqueado y cerró la puerta de su cuarto con fuerza.

Suspiré y caminé detrás de Kano sin entender porqué todo el mundo me odiaba tanto y porque todo el mundo portaba el mismo color de ojos que me caracterizaba.

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora