CAPITULO 13

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ARIMA

Enzo me propinó un puñetazo consiguiendo que me tambaleara mientras buscaba donde agarrarme para mantener el equilibrio.

Mañana era el día que determinaría el resto de mi vida y no estaba dispuesta a morir tan fácilmente.

Me aferré a las cuerdas del ring y le devolví el golpe antes de que otro puñetazo impactara en mi rostro. Saqué mis dos dagas mientras él seguía quejándose por el dolor y deslizándome por el suelo le clavé una en cada pierna consiguiendo así que se desplomara en un abrir y cerrar de ojos.

Me acerqué a él y exhausta le arranqué las dos dagas sin piedad dirigiéndome esta vez a su cuello.

-Tu punto débil es que no te mueves con rapidez y eso es justo lo que te hará morir en la batalla de mañana.

Miré al resto que desde abajo del ring no se perdían detalle y sin quitarles la vista de encima dejé caer mis dagas con fuerza.

Vi entonces como Pablo hizo el amago de dar un paso hacia delante y como se contuvo sin quitarme la vista de encima cuando se dio cuenta de que no debía hacerlo.

-¿Crees que mataría a Enzo? -pregunté bajándome del ring.

Abril aprovechó ese momento para subir corriendo y apartar aquellas dagas que habían quedado clavadas a escasos centímetros de su cuello.

Mi mirada no se alejó de la de Pablo mientras lentamente me iba acercando a él.

-Jamás haría daño a nadie de

Antes de terminar esa frase agudicé mis oídos y me giré de golpe. Los ojos de Kano se clavaron en los míos de inmediato, ¿Cuánto tiempo llevaba observándonos?

Pablo me siguió con la mirada y pude percibir como tensaba su cuerpo cuando su vista se posó al fin en Kano.

-¿Has venido a darnos suerte? -pregunté esbozando una ligera sonrisa que no hacia más que evidenciar mis nervios.

-He venido a ver como entrenabais y ya de paso a echarte una mano -se cruzó de brazos y desvió la vista hacia Pablo.

Imité su gesto y suspiré viendo como Pablo intentaba ayudar a Enzo a levantarse.

-¿Vas a echarme una mano como profesional o como mi pareja? -pregunté sin apartar la mirada de Pablo que ayudado por Eros sujetaron a Enzo para girar su cuerpo con fuerza.

-Mi supuesto hermano es un portador.

Aparté la vista tras su confesión y clavé mis ojos en los suyos. ¿Había dicho portador o solo había entendido mal?

-No desperdicies esa oportunidad -Kano se giró sin dignarse a mirarme más y comenzó a caminar mientras yo volvía a centrar toda mi atención en Pablo.

Ande de nuevo decidida al ring y subí de un salto esquivando las cuerdas.

-¿Estás bien? -miré a Enzo que aún mantenía los ojos cerrados y la respiración agitada.

Él levantó el pulgar de su mano derecha y sonreí aliviada.

-¿Seguimos? -me acerqué hasta Pablo y lo desafié con la mirada.

Todos los demás bajaron del ring, todos menos Pablo y Enzo que aún intentaba recuperarse.

-Intenta hacerme daño -dije acercándome a él mientras cogía mi daga del suelo.

Él con furia corrió hacia mi con su arma entre las manos y no me hizo falta nada más que apartarme para que se diera de bruces contra las cuerdas.

Me acerqué sin perder tiempo a él y agarrándole del pelo hice que se girara para mirarme.

-Mañana no puedes morir -sus ojos se clavaron en mi mientras yo le miraba con más desprecio aún -no nos habías contado que eras portador.

Acerqué mi daga a su cuello controlándome para no acabar con él en aquel preciso momento.

-¡Regla numero uno! -grité viendo de reojo como Abril subía al ring algo preocupada -¡No escondemos nada a nuestro equipo!

-Arima. -la voz de Abril hizo que apartara la daga de su cuello - suéltale ya..

Pablo abrió los ojos como platos tras lo que había dicho y de un fuerte empujón me apartó de su lado.

-Si, soy portador -se bajó del ring y caminó decidido hacia la salida -¡No creí que eso importara tanto!

Corrí detrás de él y frené sus pasos posicionándome delante antes de que saliera por la puerta.

-Tú nos puedes salvar.. -susurré .

-Hay algo que les interesa a los huesudos más que aniquilar Gazoks -Eros apoyó una mano en mi hombro y continuó hablando -les interesa mucho más la sangre de un portador.

-Eso es – continué hablando – serás el cebo perfecto para que nosotros podamos huir.

-Yo me quedaré para proteger a Pablo mientras vosotros escapáis – Abril se acercó a nosotros y pasó una mano por la espalda de Pablo bajo nuestra atenta mirada.

Fruncí el ceño sin entender su comportamiento y agité la cabeza intentando centrarme de nuevo en el plan.

-El resto atacaremos a los rivales que nos esperaran más adelante -dije.

-¿Y si alguien de nosotros muere? -preguntó Pablo apartándose ligeramente de Abril algo incómodo.

-Tendremos que seguir adelante sin mirar hacia atrás -comentó Enzo bajando al fin del ring -jamás abandones la batalla hasta que tus manos sujeten el trofeo de las dos espadas y la corona.

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora