CAPITULO 4

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PABLO

-Abre la boca y déjame coger una prueba – asentí con la cabeza e hice lo que me pedía 895 sin protestar.

Ella asombrada introdujo un pequeño bastoncillo en mi boca e inmediatamente lo saco con una ligera sonrisa en el rostro.

-Esta será la penúltima prueba que te haremos – guardó la muestra en su bolsillo y esta vez me sorprendí yo cuando acercándose a mi me quitó las esposas.

-Gracias.. -solté un suspiro y miré mis muñecas adoloridas y algo ensangrentadas.

-¿Quieres que demos una pequeña vuelta? -me extendió la mano y me sonrió con gesto amistoso -quiero enseñarte algo y dejarte estirar las piernas, después de dos días creo que lo agradecerás.

Asentí y acepte su mano poniéndome inmediatamente de pie, y observando detenidamente mi alrededor, necesitaba buscar alguna vía de escape a como diera lugar.

-Los portadores del Ika, como es tu caso, son fundamentales para los Gazocks – se posicionó delante de mí haciendo que centrara toda la atención en ella – no son brujos – soltó una carcajada y abrió una puerta metálica que no había visto hasta ese momento – son humanos más desarollados en todos los ámbitos que lo único que buscan es proteger a los humanos ordinarios como tú.

Sonreí sabiendo que lo hacia para intentar levantarme el animo y pasé detrás de ella cuando al fin decidió entrar por aquella puerta metálica.

En cuanto di el primer paso me quedé paralizado.

Aquello era un jardín interior rodeado de grandes ventanales que daban al exterior, un gran techo transparente que dejaba ver toda la noche estrellada y más de un centenar de flores azules con una extraña aura que les rodeaba. En medio un enorme árbol de hojas tan caídas que casi rozaban el suelo.

-Esto es

-Esto es su alimento y su cura – me interrumpió ella agachándose cerca de una de las flores azules – esto es lo que porta tu sangre , quedan muy pocas flores como estas en el mundo y tenemos la suerte de proteger parte de ellas nosotros.

Me agache a su lado y me fijé en su mirada, la flor reflejada en sus preciosos ojos azules hizo que por un momento me olvidara de que solo rompiendo un cristal podría escapar y ser libre al fin.

-Es obvio que a ti también te tienen secuestrada.. -sujete su mano haciendo que ella me mirara de golpe sin entender mis intenciones – vamos a escapar juntos .

Su mano se separó de la mía y ella negó con la cabeza.

-Yo no estoy secuestrada, yo..

Antes de que terminara la frase un fuerte golpe hizo que los dos giráramos la cabeza en dirección hacia la puerta.

-¿Se puede saber que cojones está pasando aquí?

Erick interrumpió la escena entrando con actitud agresiva dirigiéndose directamente hacia 895.

-¡Sabes que él no puede estar suelto! - la agarró del brazo y la zarandeo con fuerza mientras yo observaba la escena atónito.

-¡Vete! -gritó echándola de aquel jardín.

Ella corrió hacia la salida y se giro un instante para mirarme , instante justo para entender lo que sus labios querían decirme, lo siento.

Me incorporé entonces y corrí sin pensarlo dos veces hacia uno de los grandes ventanales preparando los puños para darle con todas mis fuerzas.

Erick soltó una sonora carcajada cuando mi cuerpo chocó contra el cristal, y caí al suelo sin poder evitarlo.

-¿Tanto nos subestimas? - me agarro del cuello sin darme tiempo a incorporarme y me propinó un fuerte puñetazo que hizo que la sangre comenzara a brotar de mi ceja con fuerza.

Me arrastro por el suelo arenoso de aquel jardín mientras yo intentaba con la otra mano agarrarme a algo.

Con una sola mano levantó mi cuerpo y me lanzó de nuevo al zulo haciendo que dejara de ver el exterior que tanto anhelaba cuando de un portazo cerró aquella puerta metálica a su paso.

Me puse de pie esta vez sin darle tiempo a que se abalanzara sobre mi y me acerqué a él dispuesto a devolverle el golpe.

Él sin prestarme atención caminó hasta recoger mis esposas del suelo y esquivó mi golpe que iba directo a su cara frenándolo con su mano, con la que rápidamente hizo fuerza obligándome a girarme y así poder colocar las esposas en mis manos.

Esta vez empujó mi cuerpo con fuerza haciéndolo caer al suelo y volvió a reírse a carcajada limpia.

-Diré por ahí que he ganado al hijo del líder en un cuerpo a cuerpo .

Me dejó en el frio suelo y camino hacia las escaleras, pero tras pisar el primer peldaño frenó en seco:

-Ojala pueda acabar contigo con mis propias manos cuando se den cuenta que no eres más que un humano inútil de mierda.

Terminó de subir las escaleras y de un golpe cerró la puerta dejándome de nuevo a solas.

¿Estaba viviendo todo aquello realmente o me había vuelto loco después de la muerte de mi madre?

Grité con fuerza lleno de rabia sin poder moverme. ¿Qué era lo que tenía que hacer para escapar de las manos de aquellos pirados?

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora