CAPITULO 54

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PABLO

Abrí los ojos algo mareado y miré a mi alrededor desconcertado.
-Rajaste el brazo de tu hermana.
Miré hacia la puerta y suspiré sabiendo que se avecinaba algún tipo de riña por mi comportamiento.
-Solo quería salvar a…
De golpe me incorporé poniéndome de pie.
-¿Donde está Elena?
Erix con los brazos cruzados se acercó en completo silencio a mi cama.
-¿Como voy a defenderte si rajas el brazo a tu hermana delante de todo el mundo?
-Solo quería ayudar a Madu...
-¿Ha suicidarse?-me interrumpió.
Abrí los ojos como platos sin entender a que se refería.
-Ayudar a Madu a pasar su flor Ika a Elena.
Erix me miró con cara de pocos amigos.
-Un huesudo no puede pasar su flor Ika a nadie porque la tiene contaminada – se apoyó en la cama de en frente y suspiró con lentitud – los Gazoks o los humanos portadores son los únicos que portan la flor Ika en su estado más puro.
Le miré en completo silencio sin saber que decir.
-De ahí viene el conflicto entre huesudos y Gazoks -terminó de decir.
Escuché un llanto en el pasillo y sentí como mis manos comenzaban a temblar.
-Erix… -susurré.
No sabía como preguntarlo, ¿como iba a pronunciar esas palabras en las que no quería ni pensar?
El llanto en el pasillo cesó, pero la mirada de Erix era más que clara.
-¿Donde está Madu?
Él sin contestar se puso de pie y llevándose las manos a la cabeza comenzó a andar por la habitación.
-¡¿Donde coño está Madu?! -elevé el tono de voz temiéndome lo peor.
La puerta de la habitación del hospital se abrió de golpe y mi padre entró como un torbellino.
-¡Has sido el culpable de esta desgracia!
El llanto de Alice inundó mis oídos llegando hasta dentro de mi.
Mi padre me agarró de la camiseta y acercó su rostro al mio.
-Ya puedes irte lo más lejos posible – me miró con desprecio – pero jamás olvides que fuiste tú el que mataste a tu hermana.
Escuchar esas palabras salir de su boca fueron como mil balas atravesando mi cuerpo. Mi padre me soltó, pero mi cuerpo ya no reaccionaba, ¿Elena había muerto?
-¡Vete de aquí! -gritó Alice entrando la habitación con el rostro encharcado en lágrimas.
Erix me obligó a ponerme de pie sujetándome del brazo y tiró de mí intentando hacerme reaccionar.
-No les escuches.. -la voz de Erix se escuchaba en la lejanía opacada por el llanto desolador de Alice -tu hiciste lo que pudiste para salvarla.
Caminamos por el pasillo, pero algo dentro de mi se iba rompiendo a cada paso que dábamos. La única persona que me ataba a mi “yo” humano había desaparecido de este mundo para ir seguramente a uno mejor.
¿Qué iba a hacer ahora? ¿Por qué jamás sopese la posibilidad de perderla?
Bajé las escaleras hacia la entrada en silencio mientras veía como Erix intentaba incansablemente consolarme sin éxito.
-Me gustaría quedarme solo… -susurré frenando mis pasos al cruzar la puerta de la entrada.
-No puedo dejarte solo – Erix se frotó la frente sin saber muy bien que decir -le prometí a Zuko devolverte a la guarida sano y salvo.
Sonreí con tristeza.
-Ya no me devuelves sano.. -dije casi para mis adentros -parte de mi acaba de morir en este hospital de mierda.
Busqué la cajetilla de tabaco en mi bolsillo, pero mi búsqueda cesó cuando mis ojos se posaron en una chica de larga melena anaranjada que esquivando los coches corría hacia mi.
-¿Que coño haces tú aquí?
Nime dejó de correr, y solo teniéndola suficientemente cerca me fijé en su ceja partida.
-Te he buscado por todos lados – intentó respirar con normalidad – tienes que dejar este lugar y volver con nosotros.
Erix sujetó con fuerza el rostro de Nime y la examinó con detenimiento.
-Son los profesionales.. -susurró ella intentando recuperarse.
Esta vez centré toda mi atención en ella.
Nime algo incómoda se zafó de las manos de Erix y volvió a acercarse a mi.
-Han cogido a Arima.
En ese momento todo mi alrededor se detuvo, los coches se quedaron inmóviles, el aire que corría por aquella avenida cesó de inmediato y mi respiración se entrecortó.
Nime y Erix me hablaban sin cesar, pero toda esa imagen pasaba a cámara lenta delante de mis ojos. Acababa de perder a mi hermana y ahora…
-¡Reacciona Pablo! -Nime me abofeteó con fuerza sacándome al fin de mis pensamientos.
Esta vez no perdí más tiempo, eché a correr hacia la guarida lo más rápido que pude intentando pensar que hacer en este caso.
¿Como iba a salvarla de los profesionales?
-Pablo -Nime me sujetó del brazo obligándome a parar – se la han llevado a la nave.
La miré durante un segundo y volví a clavar la mirada en su ceja partida.
-Ella me pidió que me fuera..
Resoplé quedándome de nuevo sin aire y observé mi alrededor.
-Necesito pensar..necesito pensar con rapidez… -me quedé en silencio y me llevé las manos a la cara cubriendomela por completa.
-Eres nuestro líder -esta vez fue Erix el que se posicionó en frente de mi – la rescataremos de manos de esos gilipollas.
Me aparté las manos del rostro y le miré con detenimiento. -Tengo poco tiempo… -suspiré intentando centrarme – vamos a rescatarla antes de que los dos acabemos muertos.

GAZOKS  (parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora