📅 Seis meses y medio antes
📅 Mediados de Octubre
📍 MADRID
De verdad, en serio, no puedo tener más mala suerte en la vida. Puto coche de los cojones. Cuando más lo necesito siempre me da por culo. Podría decir muchas más ahora mismo, pero para qué, si es un puto coche que ni siente ni padece. Y ni me va a contestar el hijo de su madre. O hijo de la Seat en este caso.
Me muerdo los labios mirando al mecánico el cual está medio perdido en el capó de mi coche. De mi asqueroso e inoportuno coche. Se endereza y se seca las manos en un trapo para mirarme negando con su cabeza.
- De verdad te digo que no sé como este coche aún funciona, Naroa.
Vuelvo a morderme los labios mirando a Jax. A veces me pregunto como puede levantarse todos los días y tener esa sonrisa tan divina. Es lo que tiene estar tan bueno, supongo. Jax es el dueño del taller de coches que hay debajo de mi casa. Aparte de mi vecino es un buen amigo y un ex-lo que sea. Un buen ex. Nunca llegamos a salir juntos pero nos acostamos unas cuantas veces hasta que descubrimos que preferíamos ser amigos a otra cosa. Bueno, lo descubrió él, yo simplemente lo asumí y punto.
- Si, lo sé. Sé lo que me vas a decir. Pero soy una pobre estudiante-aprendiz de pastelera-sin un puto duro. ¿Es grave?
- Tienes el catalizador saturado. Y eso es porque aparte de que las bujías están sucias, la caña que le metes no es buena. Si este coche es del año cata pum Naroa...
- No es tan viejo Jax. Era de mi abuela, y cuando mi hermano y yo nos vinimos a Madrid me lo traje yo.
- ¿Y de eso hace?
- Pues... no sé cuanto hace que lo tenía mi abuela, pero aquí conmigo lleva dos años...tan mal no está.
- ¡Si tú lo dices! -Jax me mira condescendiente mientras yo le echo un vistazo al reloj que hay detrás de él. Tengo el tiempo justo de coger el autobús e ir a clase.
- ¿Cuánto? -la pregunta del millón, la que hará que viva o muera.
- Aparte del catalizador, tienes la batería echa una mierda...
- Jax, no te enrolles. Al grano -apoyo el peso de mi cuerpo en una de mis piernas frunciendo el ceño.
- Yo siempre voy al grano, nena -Jax me guiña un ojo y un escalofrío recorre mi cuerpo recordando esa voz tan sensual cuando me susurraba cosas muy sucias en el oído y hacía que automáticamente me volviera loca perdida.
- Jax - le digo rodando mis ojos.
- Seiscientos euros Naroa, y eso haciéndote un precio de amigo, vecino y ya sabes...bueno, seiscientos euros y una tarta de tres chocolates.
- ¡Dios! ¡Seiscientos euros! Creo que me voy a desmayar -me agarro a una de las barras que hay detrás de mi sintiendo como la sangre abandona mi cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Eres mi rincón perdido
RomanceKepa y Naroa. Lugar equivocado. Momento perfecto. Cuando ambos se encuentren, el corazón será el que mande y el destino quien los una. Una fiesta exclusiva. Nadie debe saberlo. Todos se conocen, nadie te juzga. ¿Y ellos que harán? ¿Jugarán a quere...