58. Ni comprar tranquila puede una

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📅 Finales de septiembre

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📅 Finales de septiembre

Kepa y yo estamos en un centro comercial. Por fin vamos a comprarle las cosas a la niña. Ya hemos elegido la cuna, los muebles de su cuarto, las cortinas y el carro. Kepa quería uno último modelo pero yo he preferido elegir uno que aunque no sea tan de diseño sea seguro y cómodo. Ahora estamos en una tienda de ropa. No sé ni la cantidad que llevamos ya, entre bodys, camisetas, pijamas, vestidos...

- Kepa -le digo cogiéndolo de la cintura- ¿no crees que ya es suficiente?

- Nunca es suficiente para mi niña Naroa. Anda mira que gorritos más monos, venga vamos.

Kepa me coge de la mano para ir hasta unas estanterías con ropa de abrigo. De verdad que parece un niño pequeño de lo ilusionado que está. El otro día subió una foto preciosa a instagram de los dos que me encantó. Tuvo muchos likes y comentarios en muy poco tiempo. Aunque sinceramente a nosotros esas cosas nos dan igual.

 Aunque sinceramente a nosotros esas cosas nos dan igual

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Ni antes ni después, todo llega cuando tiene que llegar. En el vientre de mi mujer, de mi Naroa está el resultado perfecto de nuestro amor. ¡¡¡Papá y mamá te esperamos ansiosos pequeña!!!

- ¡Vaya, que casualidad! La parejita feliz.

Esa voz, esa asquerosa voz. Me giro para ver a Carly venir hacia nosotros mirándonos mientras aprieta su mandíbula. La muy perra está embarazada de los mismos meses que yo. Pobre bebé.
Kepa la ve y me coge la mano con algo de fuerza pero sin llegar a hacerme daño.

- Vámonos Naroa -me dice él. Le hago caso mientras trago saliva intentando apartar mi mirada de ella.

- Parece que te doy miedo Kepa -sigue diciendo la polioperada-preñada-asquerosa esta.

- No, no me das miedo. Me das asco que no es lo mismo y no quiero que estés cerca nuestra, ni de mi ni de mi mujer.

- Oh, tu mujer. ¡Que romántico! Buena jugada lo de vuestra boda...pero eso no quita que tu hermano...

- Ay, cállate ya por dios -le digo yo levantando mi mano- asume de una puta vez que no te saliste con la tuya y que no le importas una mierda a nadie.

- ¡Cállate tú, que tú si que no eres nadie!

Eres mi rincón perdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora