📅 Sabado
A Christian le ha extrañado que viera un partido entero de fútbol, y encima del Atlético. Pero es que cuando Kepa me mandó el WhatsApp diciéndome que jugaba me moría por verlo. Lo del penalti ha sido increíble. Me he emocionado mucho al ver cómo me lo dedicaba. Le mandé un mensaje antes de que terminara el partido felicitándolo y aún no me ha respondido. Supongo que estará muy ocupado.
Me he venido a mi cuarto porque ver a mi hermano morrearse con su novio en mi sofá no es bonito. Fuera está lloviendo un montón, de hecho no ha dejado de hacerlo en todo el día.
Son más de las doce y no tengo nada de sueño. Mi móvil vibra con un mensaje y al desbloquearlo veo que es de Kepa. Algo que me hace sonreír y sentir que mi corazón late más deprisa. Me pregunta si me puede llamar y le digo que si. Al segundo lo hace.- Hola Arri - le digo usando el mismo mote que usa Ferran con él.
- Koala. Creí que estarías de marcha con tu hermano.
- No, el que está de marcha es él que no veas como están disfrutando él y su novio del sofá... No es agradable ver a tu hermano dándolo todo. Me he tenido que ir. ¿Y tú que haces?
- Acabo de llegar. Perdona que no te haya llamado antes pero quería hacerlo cuando estuviera tranquilo en casa.
- ¿Y tú no has salido a celebrar la victoria?
- Estoy muy cansado. Ferran se ha ido con un par de compañeros a una disco. Yo no tenía ganas de ir.
- Te haces mayor Kepa - le digo riéndome.
- Para el caso que me haces siendo mayor.
- Ay pobre mío... que lo tengo abandonaico -suelto una carcajada y me muerdo los labios como cada vez que hago cuando hablo con él.
- Estoy llorando, para que lo sepas.
- Idiota. Has jugado hoy muy bien.
- ¿Me has visto?
- ¡Pues claro que te he visto! Ya te dije ayer que seguro que jugabas y mira, no me he equivocado.
- Te he dedicado la parada del penalti.
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Eres mi rincón perdido
RomanceKepa y Naroa. Lugar equivocado. Momento perfecto. Cuando ambos se encuentren, el corazón será el que mande y el destino quien los una. Una fiesta exclusiva. Nadie debe saberlo. Todos se conocen, nadie te juzga. ¿Y ellos que harán? ¿Jugarán a quere...