Maika sentía el recorrido para llegar al restaurante eterno, por más que había tratado de pegarse a la puerta con el fin de estar unos centímetros lejos del alfa, no funcionó. Pues sentía que el espacio se reducía más con cada minuto que transcurría.
El restaurante elegido era Stella uno de los tantos de la familia Pávlov. Este iba dirigido a los de la clase media. Se podía ver betas y omegas en mayor cantidad. Maika descendió al instante que estacionaron. Necesitaba aire que no tuviera rastro de Damián en él.
—¿Entramos? —preguntó Damián. El omega no pronunció palabra alguna, solamente asintió.
Al arribar, pudieron ver como de un lado de la butaca se encontraba Yessica sentada al fondo dejando dos espacios vacíos, del otro estaban Luka y Ezra, eso dejaba un lugar disponible.
—Siéntate —decía Yessica, dando golpecitos en la butaca y viendo directamente a Damián. Maika no pudo evitar voltear los ojos al mismo tiempo que tomaba asiento junto a Ezra. Damián le miro fijamente un par de segundos, esperando que el omega cambiara de opinión y se sentara a su lado, pero eso no sucedió.
—Insisto, la mejor opción era que Yessica no hubiera venido.
—Damián, podrías decirle a Luka que me invitaste —decía aferrándose al brazo del alfa.
Damián pudo ver cómo, aunque Maika parecía no prestarles atención y estar inmerso en el menú. Este apretó la carta cuando Yessica le tocó, eso le había hecho sonreír.
—Lo siento Luka, pero ella tiene razón —respondió mientras retiraba las manos de la omega. Tal acto captó la atención de Maika quien sin darse cuenta puso una leve sonrisa en sus labios.
—Quizás deberíamos de comenzar a pedir —exclamó Ezra para tratar de aliviar la tensión.
—Muy bien ¿qué te gustaría comer? Pide lo que quieras va por la casa —proclamó Luka, acariciando la parte posterior del cuello del beta. Eso había tomado desprevenido a Ezra y este no pudo evitar voltear a ver a Luka. Sintió como esos ojos que le veían fijamente parecían querer ver a través de él, pensó que era normal sentir sus mejillas ruborizarse ante aquella penetrante mirada.
—De acuerdo...
Todos a excepción de Yessica pidieron un corte de carne premium. Luka además había mandado a traer múltiples acompañamientos, para que pudieran degustar mejor la comida.
—Vamos pruébalo, sabes que es uno de tus favoritos —decía Yessica, sosteniendo un rollo de sushi cerca de la boca de Damián, Maika no pude evitar voltear y al ver esta escena, sintió su interior revolotear, en una manera poco agradable.
—En verdad estoy bien, disfruta la comida pues no habrá otra después de pagar mi promesa —por alguna razón las palabras del alfa habían calmado el interior de Maika.
—Porque eres tan cruel, cuando sabes que tan compatibles somos —proclamó la omega, posando su mano en la pierna del alfa. Maika quien en ese momento estaba tratando de alcanzar una copa con agua, la había derramado al ver eso. Ahora se encontraba empapado.
—Diablos —decía, levantándose de la mesa para dirigirse al baño. Se hallaba limpiándose cuando percibió ese aroma.
—¿Te encuentras bien? —Damián le siguió casi al instante que este se había levantado.
—Mejor regresa tu acompañante debe de estar esperando —no podía creer lo que sus labios pronunciaron, pero no había manera de volver esas palabras a su mente. Damián esbozó una sonrisa coqueta.
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Fragancias.
RandomMaika, es uno de los mejores miembros del club de esgrima aun siendo un omega recesivo, quien no puede evitar tener poca tolerancia a los alfas. De repente ve como su vida comienza a verse alterada por la presencia del nuevo alumno, Damián Walker un...