Capítulo 15

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—¿Llevabas mucho esperando? —preguntaba Damián.

—No, acabo de llegar hace menos de diez minutos.

—Disculpa, tuve que contestar una llamada.

—No te preocupes... —habían pasado algunos días desde que el omega había pedido tiempo, este creyó que, para entonces el ritmo de su corazón ya no se aceleraría cada vez que viera al alfa. Pero estaba equivocado.

Damián se había sentado del otro lado de la mesa, justo en frente de él. Sentía la presión de aquellos ojos grises viéndole. Y al alzar la vista y verle ahí, recordó que semanas atrás esa aula de conferencias, había sido el lugar donde ambos cuerpos se retorcían de placer, mientras se entregaban el uno al otro. Tal recuerdo lo hizo poner aún más nervioso.

—¿Sucede algo?

—No, no, todo está bien. Deberíamos planear, en que empresa haremos la investigación de campo.

—Vaya, parece ser que estamos conectados —decía mostrando una sonrisa traviesa. Damián amaba ver las reacciones que el omega tenía cada vez que se sentía nervioso —La llamada que recibí, era justo para confirmar que podremos hacer la investigación en la empresa W&W co, solo hay un pequeño problema...

—¿Problema?

—Más bien diría una pequeña disyuntiva.

—¿Cuál es?

—La sede en la que se nos asignaría, está a unas 6 hrs de aquí en carro o podríamos tomar un avión privado si así lo deseas, sería más rápido.

Maika sabía que, aunque recortara las horas de viaje, aun así, la investigación duraría dos días. Su mente automáticamente transcribía eso a las horas que tendría que estar al lado del alfa. Pero, aunque deseaba negarse, entendía que el hecho de que una empresa tan importante como esa, les permitiera hacer su investigación era algo que no podía dejar pasar.

Así que no importaba que su corazón se encontrara con un ritmo elevado o si su cuerpo sentía descargas de electricidad al estar tanto tiempo con Damián, debía aceptar.

—De acuerdo... deberíamos empezar con lo de hoy.

—Me parece perfecto.

Maika llevaba un pantalón de vestir negro pegado al cuerpo, acompañado de unos zapatos de vestir del mismo color y en la parte superior portaba un suéter ligero color verde olivo. Damián había notado como el omega, frotaba sus brazos y manos, parecía que el clima estaba más helado de lo que Maika hubiera previsto. Estiró su mano con el fin de tocar aquella mano pálida.

—Están helados —decía al tiempo que entrelazaba su mano con la de Maika —Muy fría —añadió mordiendo suavemente el dedo índice del omega.

—Umm, basta ... ¿Qué haces? —podía sentir el aliento cálido del alfa pegando sobre el frío de su mano.

—¿En verdad no puedo hacer ni siquiera esto? —preguntaba mientras mordía aún más fuerte.

—Aah...n.... umm... no —los recuerdos que aquella habitación traían a la mente de Maika, el olor de las feromonas de Damián y el tibio toque de su mano. Hacían que la mente del omega empezara a nublarse.

—Muy bien y que me dices de esto —decía, acercándose lentamente a Maika, a la par que acariciaba su mejilla y sujetaba su cabellera. El omega comenzó a ser atraído por instinto a aquella boca, la cual había saboreado en más de una ocasión, por tanto, el resistirse le era aún más difícil, ya que sabía que el sabor de esta era jodidamente irresistible.

—Quiero café —había logrado pronunciar una frase, la cual hizo desconcertar al alfa por un instante. Lo suficiente para que Maika pudiera zafarse de aquel toque.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora