—Ah en verdad no extrañaba para nada esto —decía Maika volviendo a la cama tras lavarse los dientes debido a que las náuseas matutinas habían hecho su efecto. —abrázame. —declaraba haciendo un puchero con la boca, Damián sonrió al verlo hacer eso, amaba ver ese lado de su omega.
—Se supone que esos síntomas por lo general dura solo el primer trimestre.
—Uju.
—Si es así entonces ya falta poco para atravesar esa etapa. —le encantaba sentir como el delicado cuerpo el omega encajaba perfectamente en sus brazos. Percibir como este comenzaba a acurrucarse le resultaba adorablemente tierno.
—Parece que nuestro pequeño gatito es aún más travieso que la última vez. No solo he tenido más náuseas de lo normal, sino que en mi sueño me hace correr mucho antes de poder abrazarlo... pero vale la pena él es tan hermoso Damián, ya quiero que lo conozcas. Su melena es tan sedosa y de un color oscura como la noche, tal y como la tuya. —decía acariciando la cabellera del alfa, mientras le veía. —y aunque sus ojos ahora se muestran dorados iguales a los míos, sé que es el mismo pequeño. Nuestro bebé es simplemente hermoso, ya lo verás.
—No tengo dudas de que así será, pues este pequeño seguro se parecerá a ti y, tú eres la persona más hermosa que haya conocido. —las mejillas del omega se sonrojaron, oír esas palabras y sentir el latido del alfa al tocar su pecho hacía que su espíritu se llenara de felicidad.
—Sabes cómo hacer para que me enamore de ti todos los días, tu padre es todo un romántico empedernido, además de ser extremadamente guapo. —proclamaba colocando su palma sobre el abdomen.
—Vamos, duerme un poco más, seguro te sentirás mejor después de tomar una siesta.
Damián se sentía feliz de haber tomado la decisión de quedarse en casa durante este embarazo de Maika. Quizás el tener al alfa a su lado todos los días era la razón del porqué el omega se hallaba acurrucándose en él cada vez que podía. Y creaba nidos cuando este se ausentaba para ir a tomar una ducha o cuando se encargaba de cocinar la comida del omega. Ver a Maika dentro de aquellos nidos hechos con su ropa le parecía algo encantador.
Acariciar la melena caramelo hasta que este cayera dormido, colocar crema humectante en el estómago del omega, masajear las piernas de este cada vez que sentía un calambre o se sentía cansado, cada una de esas interacciones eran momentos mágicos e inigualables para el alfa. Atesoraba todos los días que pasaba junto a su amado, pronto serían al fin la pequeña familia que tanto habían deseado. No podía esperar para comenzar esta nueva etapa de sus vidas. Llegar a ser la mejor versión de pareja y padre que tanto Maika como su pequeño merecían.
—Demonios.
—¿Qué sucede?
—Tampoco me queda ya este pantalón, ya me cansé no pienso comprar más ropa. —sonrió al ver como los labios cereza estaban haciendo un puchero.
—Por mí es perfecto si decides andar desnudo el resto del embarazo, será un gran paisaje sin duda.
—Jajaja ¿Qué rayos estás diciendo? —cuestionaba entre carcajadas el omega. —en verdad eres un pervertido.
—Solamente contigo.
—Más te vale —declaraba frunciendo las cejas. —pero en serio necesito ir a comprar más ropa.
—Si te parece bien podemos ir hoy después de que hayas desayunado. —el omega asintió, mientras comenzaba a devorar la ensalada de frutas.
Caminar tomado de la mano del omega le hacía poner por inercia una sonrisa en su rostro y más porque era Maika quien le había tomado de la mano primero. Recorrieron varias boutiques exclusivas, con la finalidad de que el omega encontrara las prendas que necesitaba en su guardarropa. Aunque para las demás personas quizás los cambios en el cuerpo de Maika no eran notorios, para Damián sí. El brillo en aquellos luceros, el pequeño aumento en el abdomen de este, como cada parte de su cuerpo se hallaba aún más sensible, notaba cada mínimo cambio en aquel ser.
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Fragancias.
RandomMaika, es uno de los mejores miembros del club de esgrima aun siendo un omega recesivo, quien no puede evitar tener poca tolerancia a los alfas. De repente ve como su vida comienza a verse alterada por la presencia del nuevo alumno, Damián Walker un...