Capítulo 93

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Confiaba en Luka, pero algo en su interior parecía decirle que la razón por la que el alfa había regresado al estacionamiento no era porque había olvidado algo.

—Supongo que no es importante —se decía a si mismo, mientras terminaba de colocar el humectante de lavanda y miel en su cuerpo. El pijama verde oscuro combinaba tan bien con el color de su piel, estaba seguro de que esa era la razón del porqué el alfa la había elegido —¿usaste el baño de invitados? —cuestionaba al ver entrar al alfa a la habitación secándose el cabello.

—Sí, en verdad necesitaba refrescarme.

A comparación de las heridas que había recibido el beta y ahora eran inexistentes, las cicatrices en el abdomen de Luka eran visibles, Ezra no pudo evitar posar sus ojos sobre ellas.

—¿Aún te duele? —preguntaba acariciando con la yema de sus dedos alrededor de las marcas. Sintió como la mano del alfa lo detuvo.

—Mmm no duele —respondía sonrojado cubriendo su boca. Había pasado tiempo desde que habían estado juntos, el beta sabía que era normal que un alfa dominante como Luka, se hallaba frenando sus deseos debido a todo lo sucedido.

—Luka... —sentía como su pecho de alguna manera se hallaba caliente. Avanzó de nuevo, besó con delicadeza los oblicuos descendiendo hacia la pelvis. —Luka —la manera en la que pronunciaba el nombre del alfa era como si su respiración estuviera entrecortada. No había duda el alfa tenía una erección.

—Ezra, no tienes que hacer esto. —declaraba alejándolo. Tal acción tomó desprevenido al beta, haciendo que pensamientos no gratos comenzaran a llenar su mente.

"¿Le doy asco?, "de seguro le da repugnancia que lo toque, por eso Luka no desea que siga"

El alfa pudo notar como la mirada de los ojos esmeralda cambiaba, la duda y el miedo inundaban aquellos luceros, sabía que el beta probablemente había malinterpretado su acción.

—Ezra, no tienes que forzarte hacer esto. —declaraba tocando la mejilla. —Has pasado por mucho, y en verdad no creo que sea una buena idea... es muy pronto. —la lengua de Ezra rozó el pulgar del alfa, sin dejar de verlo a los ojos. —... Ezra —Luka parecía de alguna manera silenciar un gruñido, el beta era capaz de llevar al límite al alfa con la más mínima acción, en ese preciso instante el deseo de sentir la lengua de Ezra alrededor de su miembro le inundaba.

—Sé que no tengo que, pero quiero hacerlo —decía viéndole directamente a los ojos.

—No, aún es muy pronto —decía alejando con firmeza de nuevo al beta. —podemos esperar un poco más, para mí tu bienestar es lo más importante —añadía mientras tomaba entre sus manos las de Ezra y besaba con suavidad el dorso de estas.

—Tengo miedo, de que solo lo digas para evitarme, para no tocarme —la voz del beta comenzaba a quebrarse.

—No pienses eso —proclamaba fijando sus luceros sobre aquellos ojos esmeralda, intentaba dejarle claro que no mentía.

—Sé que me amas, lo sé, pero no puedo evitar —Luka haló a Ezra sentándolo sobre su regazo con el fin de besarlo, ver la incertidumbre y miedo en aquel rostro le dolía. Lo entendía, era consciente de que el beta no dudaba de que le amara, y que esos pensamientos que llegaban a él eran debido a todo lo ocurrido, por eso mismo había decidido frenar sus deseos hasta que hubiera pasado más tiempo.

Notaba como la lengua de Ezra le respondía, el sabor de su saliva seguía siendo igual de dulce como siempre, el calor de esa boca rosada le hacía querer seguir devorándole. Amaba como el beta le buscaba, acercándose con fervor hacia su boca cuando sentía que comenzaban a separarse, y sentir como este mordía su labio inferior después de un apasionado beso le encantaba.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora