Capítulo 76

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—Llegaste, por un momento, creí que me evitarías.

—No entiendo por qué pensaste eso, debo decir que, sí me tomó por sorpresa el que quisieras verme, pero eso es todo.

—¿Sucedió algo?

Era por demás obvio, que la rojez en los ojos del beta, y esos parpados hinchados, eran el resultado de que este debió a haber estado llorando.

—No, descuida —declaraba tomando asiento.

—Parece que ser sincero no es una de tus virtudes —murmuró Zharia.

—¿Disculpa?

—Que es notable, que ese algo en verdad no sea nada... Tsss—chistó —pero bueno, si tú mismo dices que no es nada, entonces supongo que debe ser cierto.

—... —el beta guardó silencio, no sabía que esperaba que le dijera.

—Ezra, sabes que amo a mi familia, ¿cierto? —asintió —y que, sobre todo, el mantenerla unida y a salvo es lo más importante para mí.

—...Sí. —aun cuando no sabía la razón del porqué la omega le estuviera recalcando eso, era consciente de que esta tenía un motivo.

—Mi hermano siempre ha estado ahí para mí, cuidándome y brindándome su apoyo. Así que es normal que yo quiera responderle de la misma manera. —el beta mostraba una cara de confusión —Sé que, si mis esfuerzos no son suficientes para alejar las cosas malas de su camino con el fin de protegerlo, puedo contar con la ayuda incondicional de mis padres. A diferencia mía, ellos no se tientan el corazón si hablamos de protegernos... llegan incluso a caer en la crueldad.

Seguía confundido la razón del porque Zharia le decía esto. La mirada de esta era fría, y se podía notar como le analizaba minuciosamente.

—Creo que es normal, que unos padres que aman tanto a sus hijos, deseen protegerlos de todo lo que llegue a dañarlos.

—Me da gusto saber que lo comprendes. —el silencio reinó en la mesa tras esas palabras —Ezra... el alfa de cabello negro con el que estabas en el club

—¡Te dije que no lo conozco! —interrumpió alzando la voz. —No sé a dónde quieres llegar al seguirme preguntando por lo mismo —apretaba los puños con el fin de controlar el temblor que su cuerpo mostraba al oír sobre Sebastián.

—Los vi Ezra, como se encontraban hablando.

—Esa persona solo estaba preguntando por cosas del club, le dejé saber que no conocía las instalaciones, ya que era mi primera vez ahí, eso fue todo. No pensé que necesitara decirte algo tan insignificante.

—Te estoy brindando la oportunidad para que dejes de mentir, y aun así te empeñas en venderme tus mentiras.

—Zharia no sé qué esperas que te diga, simplemente no conozco a esa persona.

—Solo cuéntame tu lado de la historia, dime como es que lo conoces.

—No lo conozco —la seriedad reinaba sobre el rostro del beta.

—¿Así que en verdad no sabes quién es?

—No. —si quería jugar ese juego la omega también lo haría.

—Tal vez lo imaginé, mi obsesión por proteger a mi familia probablemente nubló mi realidad.

—... Quizás.

—Si dices que no lo conoces, entonces te pido perdón —la forma en la que le veía no era de alguien que estuviera admitiendo su derrota y mucho menos que se hallara disculpándose.

—Descuida... Supongo que la razón por la que me citaste aquí era para asegurarte... he de decir que creí que simplemente querías conocerme. Bueno, si no tienes otra cosa más que preguntarme, entonces me retiro —decía mientras se ponía de pie y comenzaba a avanzar en dirección a la salida.

Fragancias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora